Recogiendo el deshilachado telón de nuestro gran escenario para mirar la escenografía del bello paisaje de la vida, deteriorada por las manchas de corrupción que crece día a día. La verdad que, a pesar de todo lo negativo, la felicidad está más cerca de lo que creíamos. En este último mes sin “R” de 2024 celebramos a San Cayetano; también es el mes ideal para sembrar y reforestar porque la savia estalla por los verdes poros de los tallos, pincelando con miles de colores a nuestra madre naturaleza. Agosto también nos muestra el paisaje de Dios junto a la alegría de los niños invadida por la sinfonía de los gorjeos de los pájaros compaginada con el bullicioso barullo de los chicos jugando felices sobre los jardines floridos de la eterna primavera. Cómo no darle gracias a Dios y a la vida por darnos tantas cosas buenas. Queridos padres, enseñemos a los niños a amar la vida, a ser solidarios y pensar con la mano en el corazón. A todos los niños, felices días, que la paz y el amor reinen por siempre en sus hogares.
Pedro Pablo Castaño