Cuando veo en la televisión local un programa de supervivencia me desespera notar lo poco desarrollado que tienen, muchos de sus participantes, las habilidades necesarias para adaptarse. Seguramente no soy el único que vio al conductor hartarse de repetir que tenían lo necesario para vivir bien y alimentarse de una manera adecuada. Sin embargo los participantes, fieles representantes de una sociedad y cultura contemporánea, jamás hicieron ningún esfuerzo por encontrar los recursos y explotar al máximo el lugar. Lo visto en el programa, me llevó a pensar lo afortunado que fuimos los de mi generación, cuando nuestros maestros, padres o abuelos nos ayudaron a desarrollar algunas de esas habilidades. Al mismo tiempo me generó preocupación pensar qué ocurriría con las generaciones autómatas tecnológico dependientes ante un colapso del sistema. ¿Estarán a tiempo de hacer cambios? ¿Podrán desarrollar habilidades de supervivencia? ¿Sabrán que fuera de las redes existen terabytes de información disponible? ¿Dónde quedarán su inventiva y creatividad? Sé que son muchas preguntas y que podemos dar respuestas sociales mejorando sus vínculos interpersonales y con la naturaleza pero ¿cuántos estarían dispuestos a ser maestros de estas generaciones que solo conocen la inmediatez?
Marcelo Daniel Castagno
España 229 - S. M. de Tucumán