Julio Cortázar puso sus cuentos en relación con otras artes

Se cumplen 110 años de su aniversario. En sus textos más conocidos están presentes músicos, artistas visuales y cineastas. La fotografía de “Blow Up” y la autopista de “Week end”. Arte cinético y surrealismo.

EL ESCRITOR Y EL CINEASTA MANUEL ANTÍN EN LOS 60. Tres películas surgieron de sus relatos. EL ESCRITOR Y EL CINEASTA MANUEL ANTÍN EN LOS 60. Tres películas surgieron de sus relatos.

El Año Cortázar comenzó en febrero pasado y se extenderá hasta 2025, período que comprendió ya el 40 aniversario del fallecimiento del escritor (en febrero), y hoy, los 110 años desde que nació.

Los principales textos de Julio Cortázar, como “Rayuela”, “Historias de Cronopios y de Famas” o “Libro de Manuel”, se han recordado reiteradamente, pero importa, en esta nota, advertir de qué modo, uno de los autores argentinos más importantes se relacionó o estuvo involucrado en otras artes, como el cine o la pintura, la música o el mismo teatro.

No sólo rompió la escritura tradicional sino que supo poner en relación sus cuentos y relatos con otras artes. Un nuevo paradigma para la literatura.

El autor de “Final de juego” figura en el intertexto de películas como “Blow up”, de Michelangelo Antonioni, con su “Las Babas del Diablo” (1959), aunque no de un modo explícito en el film pero sí en su proyecto.

Se conoce que Antonioni se sintió sumamente atraído por el relato de Cortázar. Le fascinaba el concepto de la historia: la realidad y la imparcialidad de las percepciones. Fue así cómo Carlo Ponti, productor del film, compró los derechos de autor de “Las Babas del Diablo” por cuatro mil dólares para una película que recaudó más de 20 millones. La fotografía en el cuento y el film son las protagonistas.

“La autopista del sur” está presente en “Week end” (1967) de Jean Luc Godard, nada menos. En el relato de Cortázar, el embotellamiento es la excusa para enrarecer lo cotidiano, dilatar el paso del tiempo, pero la película de Godard toma los signos burgueses, sus actos cotidianos, y los transforma en una especie de apocalipsis donde una pareja recorre el escenario de destrucción y padece los cambios que alteran sus hábitos de deseo y de consumo. Susan Sontag escribía entonces: “En ‘Week end’, Godard contrasta la barbarie mezquina de la burguesía urbana propietaria de automóviles con la violencia posiblemente catártica de una juventud reencontrada con la barbarie”, cita el estudioso Guillermo Colatonio.

Esta película de Godard, importa recordar, se realiza un año antes del Mayo Francés. Cortázar narra un fabuloso atasco en la autopista entre Fontainebleau y París un domingo por la tarde. Cada persona en su automóvil, identificada por su marca o modelo, desea fervientemente volver a la rutina de París, después de haber intentado olvidarla por unos días.

Julio Cortázar era un fans del cine y admirador de Luis Buñuel, en especial de su film “El ángel exterminador”. “Buñuel es un cronopio descomunal” le confiesa a Manuel Antín luego de un breve encuentro en París con aquél.

El mismo Antín dirige “La cifra impar” (adaptación de “Cartas de mamá”); “Circe” (film en el que el escritor fue coguionista) e “Intimidad en los parques” (cuento que formaba parte del libro “Final de juego”). “El perseguidor”, dirigido por Osías Wilenski, es también una adaptación del cuento homónimo.

El jazz

El escritor sentía un placer especial por el jazz y algunos clásicos.

En “Rayuela”, Cortázar con insistencia rinde homenaje al jazz y en “El perseguidor” a Charlie Parker, en particular. “En la película el personaje, en alguna medida, encarnaba a Charlie Parker, los Barbieri (Rubén Barbieri y el Gato Barbieri) tuvieron la extraordinaria habilidad y la honestidad de hacer una música muy original y que, al mismo tiempo, tenía un estilo. Era un homenaje, pero no un pastiche” le respondió en 1973 a Hugo Guerrero Marthineitz.

En otros relatos hay remisiones a Mozart (específicamente al conocido como Cuarteto de la caza) en “Reunión” y una canción de Schumann se convierte en motivo recurrente que subyace el relato “Las armas secretas”. “El capítulo 23 de ‘Rayuela’ es uno de los tres más extensos del libro y eso de entrada nos confirma el interés de Cortázar por la música clásica y su facilidad para transmitir elementos narrativos a través de la música. El capítulo sobre la pianista Berthe Trépat es tan real y su personaje tan humano en su deprimente patetismo que parece tan Eugene Ionescu como Emile Zolá, pero es Cortázar”, caracteriza Luis Pérez Santoja.

En la plástica

Pertinentes son las observaciones que se podrían hacer acerca del uso que hace el argentino de lo visual, sobre todo de la fotografia y de la pintura.

En la obra de Cortázar es notable la influencia de las artes visuales. El surrealismo, por ejemplo, se sabe que desempeña un papel importante en su formación, pero antes que los autores del surrealismo son los pintores la fuente principal de dicha influencia. Más de una vez confesó que le hubiera gustado ser pintor.

EL DIRECTOR Y EL ESCRITOR. Manuel Antín dirigió películas inspiradas en obras de Julio Cortázar. EL DIRECTOR Y EL ESCRITOR. Manuel Antín dirigió películas inspiradas en obras de Julio Cortázar.

Los graffiti del Mayo Francés están en “Noticias del mes de mayo” y en el cuento llamado “Siestas” se identifican obras surrealistas del belga Paul Delvaux. En “Historias de Cronopios y de Famas” están las “Instrucciones para entender tres pinturas famosas”: “El amor sagrado y el amor profano”; de Tiziano, “La dama del unicornio”, por Rafael y “Retrato de Enrique VIII de Inglaterra”, por Holbein.

Las referencias a la pintura en sus textos son numerosas.

Pero así como cruzaba sus relatos con imágenes surrealistas, también le interesó el arte cinético de su gran amigo Luis Tomasello, cuyo trabajo se puede ver en un capítulo de “Territorios”; también en el poema “Un elogio del tres” (1980). Tomasello trabajaba con figuras geométricas, rectángulos y triángulos, colores primarios. El poema comienza con una cita: “Con el número dos nace la pena”. Tanto este elogio como “Negro el 10” (1984) son libros- objeto. Con Julio Silva hizo “Silvalandia”, con relatos breves.

Julio Cortázar dejaba en claro sus citas, sus referencias, sus deudas artísticas. Y dejaba atrás la tajante división de géneros.

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