Los últimos hallazgos científicos revelan un incremento de microplásticos en el cerebro

Los científicos advierten que las partículas plásticas actúan como caballos de Troya, llevando consigo miles de sustancias químicas que pueden ser peligrosas.

DESCUBRIMIENTO ALARMANTE. El cerebro actualmente estaría compuesto en un 99.5% de tejido cerebral y en un 0.5% de plástico./CANVA DESCUBRIMIENTO ALARMANTE. El cerebro actualmente estaría compuesto en un 99.5% de tejido cerebral y en un 0.5% de plástico./CANVA
27 Agosto 2024

Investigadores de New Mexico University (Estados Unidos) descubrieron microplásticos en el cerebro humano con concentraciones el 50% más altas que hace ocho años. Los expertos advierten sobre los riesgos de estos plásticos invisibles, que podrían cruzar la barrera hematoencefálica y afectar funciones neurológicas esenciales.

Los hallazgos aparecieron en muestras de cerebro humano recolectadas durante autopsias a principios de 2024. Allí se encontraron más fragmentos diminutos de plástico en comparación con muestras obtenidas ocho años antes, según un informe preliminar publicado en mayo con el título "Bioaccumulation of microplastics in decedent human brains assessed by Pyrolysis Gas Chromatography-Mass Spectrometry". Este estudio aún no ha sido publicado por una revista científica, pero fue realizado por un cuerpo de investigadores especializados en las consecuencias de los microplásticos en el cuerpo humano, quienes ya publicaron diversas investigaciones anteriormente.

Los hallazgos de los científicos de New Mexico University llevaron a Sedat Gündoğdu, experto en microplásticos de la Universidad de Çukurova, en Turquía, a decir al diario The Guardian: "es imperativo declarar una emergencia global para abordar la contaminación por plásticos".

Más plástico del que imaginaríamos

Matthew Campen, profesor en la Universidad de Nuevo México y autor principal del estudio, explicó: “las concentraciones de microplásticos en el tejido cerebral de personas de edad promedio entre 45 y 50 años eran de 4.800 microgramos por gramo, lo que equivale al 0.5% del peso total”. Esto representa un incremento del 50% en comparación con muestras de 2016, lo que implica que hoy en día, nuestros cerebros están compuestos en un 99.5% por tejido cerebral y el resto es plástico.

¿Posibles consecuencias?

Este aumento en microplásticos muestra una mayor exposición, pero no necesariamente indica daño cerebral, afirmó Phoebe Stapleton, profesora asociada de farmacología y toxicología en la Universidad de Rutgers. "Aún no está claro si, en vida, estas partículas permanecen en el cerebro o si se desplazan, y si pueden causar enfermedades neurológicas", comentó Stapleton en un artículo de la CNN. "Se necesita más investigación para comprender cómo interactúan con las células y si tienen consecuencias toxicológicas", añadió.

No todo está perdido, pero hay que actuar

“Es importante no alarmar demasiado a las personas, ya que la ciencia en este campo aún está en desarrollo, y en 2024 es casi imposible vivir sin plásticos”, comentó Philip Landrigan, director del Programa de Salud Pública Global en el Boston College en una conversación con la CNN. Aunque no participó en el estudio, Landrigan enfatizó la necesidad de reducir la exposición a los plásticos evitables, como las bolsas y botellas.

¿Qué son los microplásticos?

Los microplásticos son fragmentos de plástico que varían en tamaño, desde menos de 5 milímetros hasta nanopartículas de un nanómetro, más pequeñas que un cabello humano. Los nanoplásticos, en particular, son motivo de preocupación para la salud humana, ya que pueden alojarse dentro de las células individuales.

¿Por qué el cerebro?

Según Campen, "estos nanoplásticos logran atravesar la barrera hematoencefálica, probablemente debido a su afinidad por las grasas". Dado que el cerebro humano está compuesto en un 60% de grasa, es uno de los órganos más susceptibles a la acumulación de estos plásticos.

Plásticos vinculados al cáncer

El polietileno, utilizado en bolsas y botellas, fue el tipo de plástico más comúnmente encontrado en las muestras cerebrales, más que en otros órganos como el hígado o los riñones. Este material también se encontró en estudios recientes en testículos humanos y de perros. Según datos de la industria, la producción de polietileno es una de las principales fuentes de liberación del solvente 1,4-dioxano, que ha sido clasificado como posiblemente cancerígeno para los humanos por varias agencias internacionales.

¿Qué están haciendo estos plásticos en nuestro cuerpo?

Landrigan expresó su preocupación: "lo que sabemos con certeza es que estas partículas actúan como caballos de Troya, llevando consigo miles de sustancias químicas que pueden ser peligrosas". Al invadir las células y tejidos de órganos importantes, los nanoplásticos pueden interrumpir procesos celulares y depositar químicos disruptores endocrinos, que afectan el sistema reproductivo humano.

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