Para llevar adelante un correcto cuidado de la piel es importante tener en cuenta, por lo menos, dos aspectos: el externo y el interno. El primero abarca los tratamientos y cuidados que protegen del sol. El segundo hace referencia a los alimentos que consumimos y la hidratación que mantenemos.
Estos últimos son dos condicionantes clave que cambiarán radicalmente la apariencia de la piel. La hidratación correcta y la incorporación de nutrientes suficientes están entre los factores de los que depende casi por completo cómo se vea, por ejemplo, la dermis del rostro.
Hidratación: clave para cuidar la piel
Aunque si hablamos de hidratación solemos entender lo relacionado a tomar agua, también hay formas de hidratar la piel externamente. Para ello se recomienda usar geles a base de agua y serums que permitan a la piel absorber todo su potencial. Sin embargo, la ingesta de agua sigue siendo clave.
La formación de arrugas se ve potenciada en pieles más resecas dado que las expresiones se marcan de forma más notoria y dejan su registro en el rostro. Mezclar agua con alimentos antioxidantes puede contribuir y generar cambios destacables.
Batidos para hidratar la piel y evitar arrugas
Batido de uvas y manzana
Preparar con media taza de uvas sin semillas y media manzana, preferentemente verde. Agregar agua hasta que quede tan espeso como guste. Mientras más agua tenga, mayor será la hidratación: se recomiendan 200 mililitros y jugo de medio limón.
Las uvas contienen resveratrol que protege las células de la piel de la radiación UV. También tienen vitamina C y E que hacen que la piel se vuelva tersa. Juntas, las uvas y las manzanas combaten el efecto de los radicales libres sobre la piel. Para endulzar se puede agregar miel.
Batido de palta, jengibre y banana
Para este batido se necesitarán una banana y una palta picadas y una pizca de jengibre. El ingrediente líquido puede ser agua común o leche de coco. Este último componente es rico en potasio, sodio y magnesio.
La banana aporta vitamina C y B y también potasio y magnesio. Además, el jengibre funciona como un antiinflamatorio por lo que retrasa el envejecimiento de la piel mejorando el flujo sanguíneo.