Atlético Tucumán avanza de manera firme en la Liga Profesional y se ilusiona con las copas internacionales

El "Decano" superó a Racing y demostró que está para pelear cosas importantes.

GOLAZO. Tesuri marcó el tanto de la victoria frente a Racing. GOLAZO. Tesuri marcó el tanto de la victoria frente a Racing. DIEGO ARÁOZ/LA GACETA

El reloj marcaba 10 minutos del segundo tiempo cuando Luis Miguel Rodríguez se retiró ovacionado por los hinchas que coparon el Monumental. Atlético ganaba 1-0 y los aplausos al simoqueño eran más que merecidos. “PR7” fue el vencedor en el mano a mano con el colombiano Quintero en ese duelo de precisión en el que se enfrentaron hasta ese momento.

Es que en la noche del Monumental no hubo espacios para el juego vistoso y ambos equipos le rindieron tributo al tiro de esquina. Fueron 17 en total, pero en el primer tiempo hubo 10 ejecuciones desde el córner, el doble de lo que suele promediar un partido de Liga Profesional en 45 minutos. Siete fueron cobrados por “JuanFer” y tres por “Pulguita”. Todos peligrosos; de hecho esa fue prácticamente la única amenaza de la visita.

Cada vez que el colombiano acomodaba la pelota, los hinchas se agarraban la cabeza. Ni hablar Tomás Durso, que fue desactivando, una a una, las “bombas colombianas”. Es que en el manual de “Juanfer” aparecen todas las opciones: cerrado al primer palo o al segundo, llovido al punto penal o buscapié bien potente.

Y qué decir del “7” de Atlético. El ídolo de los albicelestes que, con menos pergaminos que el colombiano, también es dueño de una pegada privilegiada. Tuvo menos opciones, es verdad; pero no por eso menos peligrosas. De pelota parada la mejor fue un centro teledirigido al empeine de Moisés Brandán, que le pegó de volea. De casualidad esa pelota quedó en las manos de Gabriel Arias.

En el otro ítem que se midieron el simoqueño y el colombiano fue en el de las asistencias. Hubo una posibilidad para cada uno y ahí, sin dudas, ganó “PR7” que con una delicia habilitó a Renzo Tesuri que definió sobre el cuerpo de Arias para el 1-0 a los 30 del primer tiempo.

Quintero, por su parte, también tuvo una cuando intentó servir a Facundo Mura. Pero a diferencia de la bocha de “Pulga”, la del cafetero se fue abriendo, alejándose de Durso. Así, el lateral definió ancho.

Por eso los aplausos estuvieron justificados, porque como en los viejos tiempos “Pulguita” fue la llave del gol. A los 40 años se muestra inoxidable y, aunque juega en puntas de pie, sigue sacando diferencia.

Párrafo aparte para Tesuri, el que mejor entiende al simoqueño y, quizás, sea el mejor jugador del momento en el “Decano”. Al sacrificio que tenía acostumbrado a los hinchas, ahora le agregó desequilibrio en los últimos metros y goles.

Arranca como interno por derecha, pero explota todo el frente de ataque. Sin ir más lejos, en el gol hizo la diagonal desde la izquierda hacia el centro.

Los goles son amores y definen partidos. A los tres puntos  Atlético los consiguió por su efectividad, pero también porque en el fondo tiene jugadores que se lucen.

Durso es uno de ellos, vital en el complemento para desactivar una “bomba” de Agustín Almendra y para quedarse con un mano a mano contra Elordi.

Y ni hablar de Nicolás Romero que anuló a Roger Martínez y después de un inicio con algo de dudas terminó configurando un partido sobresaliente.

Ahí, en el fondo, se edificó esta victoria.

Atlético ganó y se convirtió en el único escolta de Vélez. Lo hizo por esa nueva fórmula que encontró Facundo Sava; con rendimientos parejos en todas las líneas.

Esta vez y después de varios partidos, no fue necesario acudir al banco para encontrar la llave del triunfo. Con solidez defensiva y contundencia, llegó a la mitad del campeonato en un lugar de privilegio en la tabla y los hinchas se ilusionan, por el momento, con volver a las copas internacionales.

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