Basta de infiltrados en las marchas de los jubilados. Les agradecemos a todos los que dicen apoyarnos, pero lo mejor será que se queden en sus casas, y nos dejen reclamar en paz. No nos hace falta la presencia de piqueteros o movimientos sociales, que marchen junto a nosotros. Algunos manifestantes pretenden llevar agua a su molino para su propio beneficio. Provocan a las fuerzas de seguridad, causando toda clase de disturbios, desvirtuando así el justo reclamo de los abuelos por la caída en sus haberes jubilatorios. Déjennos movilizarnos libremente, poder protestar solos y pacíficamente. Esta batalla es nuestra y de nadie más. Si el presidente pretende lograr superávit fiscal a costa de los ancianos, entonces habrá que seguir marchando cada miércoles, por un aumento en las asignaciones que claramente nos pertenece y que el actual gobierno nos lo negó. Y en la próxima convocatoria… No queremos más que nos agredan con gases, palos y balas de goma.
Hugo Modesto Izurdiaga