En medio de la campaña electoral en Estados Unidos, con la pelea voto a voto entre Donald Trump y Kamala Harris, la entrega de los premios Emmy se filtró con fuerte carga simbólica de lo visto en pantalla, más que con discursos elocuentes en el Peacock Theatre de Los Ángeles.
Si el escenario de la gala se hubiese leído en términos de ring de box, la puja entre republicanos y demócratas tuvo a estos últimos como claros ganadores por puntos, atendo a las señales vertidas. No hubo llamados a sufragar por Harris para que gane por nockout, pero sí planteos concretos que se deslizaron en esa orientación, incluyendo una fortísima reivindicación de lo latino y de los migrantes, punto de fricción entre los candidatos.
En ese contexto debe leerse la la 76ª gala de la Academia de Artes y Ciencias de la Televisión de EEUU, que en realidad fue la segunda de este año, porque en enero se realizó la correspondiente a 2023, demorada por al huelga de guionistas. El pulso de cómo iba a ser la noche lo dio, de entrada, la comicidad desplegada por Eugene y Dan Levy (padre e hijo que protagonizaron la serie “Schitt’s Creek”), que son canadienses. Así, la lista de extranjeros consagrados con premios fue nutrida, y de distintas nacionalidades. Una marca de tiempos donde la migración (forzada o voluntaria) es una constante.
Lo hispano es uno de los asuntos de mayor tensión en la política electoral; en ese contexto, que Gael García Bernal y Diego Luna hayan hablado en español al anunciar al ganador de la categoría mejor dirección de una serie o película limitada (fue para Steven Zaillian por la exquisita “Ripley”, donde cada segundo es una pintura filmada en un blanco y negro seductor), fue reivindicatorio.
La única frase en inglés -de García Bernal- confirmó la idea: “Diego y yo decidimos hacer algo para quitar las fronteras”, una palabra ríspida cuando se la piensa en referencia al límite entre México y EEUU. “Un saludo a quienes hablan español en esta sala y a las y los más de 50 millones que hablan español en este país”, aportó Luna, sin distingos entre inmigrantes legales e ilegales. Pronto se estrenará la serie “La máquina”, donde están ambos, y que ya genera expectativa.
Diversidad
Opositor confeso a Trump, el colombiano John Leguizamo tuvo otra aparición destacada en el escenario, con un alegato sobre la diversidad y el respeto a las diferencias. El actor es un firme activista por los derechos de los grupos LGBTQ+. “Soy una de las contrataciones de DEI de Hollywood: la D es por diligencia, la E es por excelencia, la I es por imaginación”, comenzó diciendo, y luego se quejó de los roles que se le daba a los latinos: “la chica sexy picante, el amante, la mucama, el pandillero. No quejarse no cambia nada”.
Trascartón resaltó las nominaciones actorales de Selena Gomez (por “Sólo asesinatos en el edificio”, quien perdió con Jean Smart de “Hacks”); Sofía Vergara (“Griselda”, derrotada por Jodie Foster de “True Detective: tierra nocturna”, quien le dedicó la estatuilla a su esposa, Alexandra Hedison); la mexicana transgénero Nava Mau (“Bebé Reno”, premio que fue para Jessica Gunning, compañera de elenco) y Liza Colón-Zayas (se impuso por “El oso”; y a Issa López por el guión de “True Detective” (lo ganó Richard Gadd, “Bebé Reno”).
“Necesitamos más historias de grupos excluidos: negros, asiáticos, judíos, árabes, LGBTQ+ y discapacitados”, sostuvo. Un reclamo claramente dirigido en tiempos en que el origen étnico de Harris es tema de campaña.
También hubo espacio para los reclamos relacionados con los derechos humanos internos: D’Pharaoh Woon-A-Tai (primer actor indígena nominado en los Emmy, en su caso como protagonista de la comedia “Reservation Dogs”) llegó a la alfombra roja con una mano roja pintada en su rostro y atravesando su boca, en homenaje al movimiento Mujeres Indígenas Desaparecidas y Asesinadas y para denunciar la ausencia del tema en los medios de comunicación, tema abordado en producciones como “Three Pines” y la última temporada de “True Detective”. El efecto de su silenciosa protesta fue más importante que haber perdido la estatuilla en manos de Jeremy Allen White (“El oso”).
Drama bélico
Por aparte de la fuerte presencia latina, la participación de la cultura oriental estuvo representada por la avasallante “Shogun”, la producción de FX disponible en Disney+ ambientada en el imperio japonés en el año 1600 que se llevó 18 de las 25 postulaciones que había recibido: si bien la mayoría de los premios fueron por aspectos técnicos, el domingo se impuso en serie dramática, actor y actriz principales (Hiroyuki Sanada y Anna Sawai) y dirección (Frederick EO Toye).
La consagración marcó un nuevo récord para los Emmy, con una realización hablada íntegramente en japonés. Esto es otro indicativo de un giro sobre lo previsible hasta ahora, junto con una mirada hacia el siempre atractivo mercado asiático que ya estaba en la mira desde la coreana “El juego del calamar”, peor nunca tan firme como ahora.
El cambio de época coincide con el declive o la desaparición de programas que hicieron historia como “The Crown”, que sólo festejó la estatuilla para la australiana Elizabeth Debicki por haber compuesto a Lady Di en su última temporada; en la cual “Bebé Reno” salvó la ropa de Netflix con sus cuatro premios. HBO Max y Disney (con sus múltiples productoras en el conglomerado) lograron una cosecha nutrida en una gala extensa de más de cuatro horas, que tuvo todos los condimentos que busca la audiencia y que repuntó en cuanto a rating respecto de la ceremonia de enero.
También hubo espacio para la decepciones: “Sólo asesinatos en el edificio” y “Curb Your Enthusiasm” salieron con las manos vacías del salón. Y para las emociones especiales: aparte del segmento dedicado a quienes murieron recientemente, el especial “Dick Van Dyke, 98 años de magia” dedicado al célebre comediante, se llevó una de las estatuillas por una trayectoria brillante.
La última: los eventos artísticos vuelven tras los comicios
La gala realizada por los premios Emmy el domingo fue la última gran reunión artística antes de los comicios presidenciales del martes 5 de noviembre. Una semana más tarde tendrá lugar la entrega de los Critics Choice Documentary Awards, que aborda la producción documental, fecha para la cual ya estaría definido el próximo presidente entre Kamala Harris (se perfila como la favorita de la industria, habitualmente simpatizante de los demócratas) y el republicano Donald Trump, quien tuvo su origen mediático precisamente gracias a la televisión con su reality “El aprendiz” en 2004 y por varias temporadas. Nunca fue nominado a los Emmy.