25 Septiembre 2024
Un grupo de expertos tucumanos ha determinado que la quema de biomasa podría ser la causante de 900 muertes al año en Tucumán, 500 de las cuales podrían prevenirse si se aplicaran políticas públicas adecuadas.
El estudio, desarrollado en base a un modelo informático de la Organización Mundial de la Salud, se presenta esta semana en el II Congreso Virtual Iberoamericano de Salud Ambiental y el I Congreso de la Red de Toxicología de la Red Latinoamericana y del Caribe, del que participan referentes de todo el mundo, y posteriormente habrá de ser analizado en nuestro medio con vistas a que tenga impacto en la formulación de políticas públicas ambientales, puesto que el análisis de la calidad del aire en la provincia se está realizando con participación de científicos del Conicet, de la UNT, de la Fundación Humboldt y del Siprosa.
El problema se arrastra desde hace varios años y cada tanto, en especial con el comienzo del invierno y de la estación seca, se dispara la preocupación ante episodios de quemas y de riesgos, tal como ocurrió a comienzos de julio con los incendios de vegetación en la alta montaña y en Tafí del Valle, y a mediados de ese mes con la proliferación de fuegos en la llanura, sobre todo en el sur de la provincia, cuando el Gobierno anunció medidas drásticas con controles y multas para prevenir las quemas. Las preocupaciones cedieron cuando hubo menos noticias de fuegos cerca de poblados o rutas, pero cada tanto vuelven puesto que aún falta al menos un mes para que se atenúe la temporada seca y la zafra está en su apogeo. De hecho, un reciente informe sobre monitoreo satelital de quemas de vegetación da cuenta de que los primeros 21 días de septiembre los focos de incendio superaron los del mismo mes del año pasado y los de agosto de este año: los satélites detectaron 2.261 focos de fuego este mes. Hace poco, el investigador Rodrigo Gibilisco, doctor en Química y especialista en atmósfera, advirtió que Tucumán es la provincia más contaminada del NOA, con niveles que reducen la expectativa de vida en hasta dos años. A partir de los estudios que el Laboratorio de Estudios Atmosféricos del Instituto de Química del Noroeste Argentino realiza en la atmósfera -con sensores y filtros para monitorear el aire en diversos puntos de la provincia- se han obtenido datos precisos para entender cuán contaminado está el aire. Ahora se está determinando los riesgos para la salud en el aire que respiramos. Una médica toxicóloga que participa del estudio afirma que contar con herramientas de estas características permite avanzar hacia lo que llaman “epidemiología preventiva y predictiva”. “Monitorear la calidad del aire nos permite conocer que si seguimos sosteniendo las causas que generan las altas concentraciones de particulado en el aire, habrá 500 muertos más al año”, explica. “Es cuestión de reunirnos en una mesa y pensarlos con seriedad”, agrega. En esa mesa deberían plantearse estrategias para diseñar políticas que aporten a la disminución efectiva de las quemas en estos meses críticos, además de las medidas de control que se acaban de anunciar.
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