“Si no ganás, te matan”, la advertencia para “El jockey”

Antes de que llegue hoy a las salas de cine nacionales y respaldada por un contundente recorrido por distintos festivales (incluyendo el de San Sebastián, que concluye este fin de semana y en el cual compite dentro de la sección Horizontes Latinos), la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de la Argentina seleccionó a la película “El Jockey” como la representante para los premios Oscar y Goya, que se otorga en España.

La producción dirigida por Luis Ortega es protagonizada por Nahuel Pérez Biscayart y la española Úrsula Corberó (conocida por Tokio en “La casa de papel”) y en su elenco aparece el recientemente fallecido Daniel Fanego, junto al mexicano Daniel Giménez Cacho, Osmar Nuñez y Roberto Carnaghi.

La sinopsis oficial presenta a Remo Manfredini, una leyenda en el mundo del turf, pero con una conducta excéntrica y autodestructiva (adicciones mediante) que comienza a eclipsar su talento. Abril, jocketa y pareja de Remo, espera un hijo suyo y debe decidir entre continuar con su embarazo o seguir corriendo. Ambos corren caballos para Sirena, un empresario obsesionado con el jockey. Tras un accidente, Remo desaparece del hospital y deambula trasvestido y sin identidad por las calles de Buenos Aires. Sirena lo quiere vivo o muerto mientras Abril intenta encontrarlo antes de que sea demasiado tarde.

Ortega no quedó conforme con la síntesis oficial, según le dijo a Página 12. “Logré hacer la película que quería hacer, después que la vendan como quieran. A fin de cuentas, la gente se va a encontrar con lo que yo hice”, afirmó.

Es que realmente nadie podrá discutirle la marca de autor que proyecta en su cine, hasta en una realización de impacto masivo como fue “El Ángel” por fuera de sus otros proyectos más experimentales (“Caja negra”, por ejemplo). En su relato hay trazos de humor absurdo dentro de un clima donde la tensión crece, en un universo de reconfiguración del personaje central ante la pérdida de su identidad y la búsqueda de un nuevo destino, aún incierto e impredecible.

Su mítica historia sobre los caballos forma parte del pasado: ya no es el mismo al cabalgar, pese a los reclamos del poderoso dueño del haras con quien tiene contrato, y está lejos de tener asegurado el triunfo por mejor equino que tenga. “Si no ganás, te matan”, es la advertencia que recibe antes de salir a la pista. Ser internado es una invitación a empezar de cero (lo hace al huir sin rumbo), pero el pasado lo sigue de cerca, como le pasaba con sus rivales en cada carrera en el hipódromo. Darle alcance es ganarle, y a veces eso puede significar perder mucho más que un premio.

“Para mí esto es como una primera película y, a partir de ahora, no vuelvo para atrás. Quiero filmar cada vez mejor y sólo pienso en mejorar, pero no para complacer al empresario que venga con expectativas de alfombras rojas o que el Excel le dé a su favor”, explicó ya al frente de su nueva productora, Rei Cine, que debuta con “El jockey” pero que ya tiene otros proyectos, con la independencia de no estar atada a los grandes estudios y sus condiciones.

La presencia de Pérez Biscayart en pantalla resulta trascendente para la historia. Comenzó en el cine independiente en 2004, y al año siguiente consiguió el Cóndor de Plata por su trabajo en “Tatuado”. Emigró a Francia, donde consolidó su prestigio con “Au fond des bois” y -fundamentalmente- con “120 latidos por minuto”.

Largo camino

El camino para llegar a la gala de los Oscar es largo y tortuoso, como se sabe: entre todas las postuladas por cada país en el rubro Mejor Película Internacional (antes, Mejor Película Extranjera o de Habla No Inglesa) la Academia de Hollywood anunciará el 17 de diciembre a las 15 preseleccionadas y el 17 de enero de 2025 se dará a conocer las cinco finalistas, que pujarán por la estatuilla el 2 de marzo. Acceder a la fiesta de los Goya, que se entregarán el 5 de febrero, es más simple: el filme se inscribirá directamente en la categoría de Mejor Película Iberoamericana.