Alejandro Sandoval fue un verdadero showman

El actor y cantante falleció el sábado a la noche. En la comunidad artística fue uno de los más queridos

CREADOR. El humorista diseñó distintos personajes en su extensa carrera. CREADOR. El humorista diseñó distintos personajes en su extensa carrera.
30 Septiembre 2024

Aunque ya estudiaba teatro en un taller, Alejandro Sandoval logró un gran reconocimiento cuando participó en los espectáculos del grupo humorista Agarrate Catalina desde 1999.

El actor y cantante que le puso cara al personaje de “El Genio de la Fortuna” (un micro televisivo en el que anunciaba los números de la Quiniela), falleció en la noche del sábado, a los 52 años.

Sandoval construyó personajes como la carismática Rubí, con sus zafados monólogos. “Se enamoró del teatro como nos suele suceder a todos y fue con los años uno de los mejores artistas. Actor y cantante. Un showman. Siempre muy discreto pero con una humildad y corazón muy grande. Estando en el Rosita Ávila se preocupó por todos los que llegábamos y que estemos cómodos y bien. Siempre se llamaba Meija”, recordó Jaime Mamaní. “Se fue un ser de luz”, añadió.

Además, fue profesor de Técnica Vocal 1 de la Licenciatura en Teatro en la Facultad de Artes. “Para mi generación fue una persona muy determinante, una especie de bisagra generacional que nos ayudó a definirnos a muchos en el camino de ser profesionales del teatro. A muchos nos mostró que la UNT podía sumarnos en la carrera, sin acartonamientos. El teatro para Ale era la posibilidad de ser irreverente con todo, de desarmar el mundo con la comedia, de matarnos de risa de lo que otros se tomaban tan en serio”, afirma Sebastián Fernández, docente e investigador, que dirige Chapeau! Escuela de Teatro Musical.

Fue Sancho Panza que protegía al caballero Don Quijote que interpretó Mauricio Semelman y en “Fulgores” se cruzó al drama como en pocas oportunidades en su carrera artística.

Repentización

“Utilizo mis recursos para interpretar los distintos géneros: si canto tangos me hago el tanguero; en los melódicos me hago el romántico; en los temas en otros idiomas recurro al humor, pues soy malísimo con los idiomas”, le contó Sandoval a este periodista al hablar sobre su propuesta. “Mi trabajo depende del público, de la repentización, de lo que suceda en ese instante; no te imaginás las veces que preparé un repertorio y lo cambié mientras cantaba el primer tema al ver la reacción de los espectadores”, añadió, asegurando que el público manda y que su mejor aliado era la flexibilidad.

La Asociación de Actores y la delegación del Instituto Nacional del Teatro expresaron su lamento por la pérdida.

Desde la madrugada de ayer, las decenas de decenas de posteos se expresaron en las redes sociales. Sus amigos- actores como Manuel Villarrubia Norri o Guido Guerrero y con quienes trabajó en diferentes obras fueron muy expresivos en sus penas.

También dirigió e interpretó “Pollo con papas”, “El loco de la vía”, “Bendíceme para no pecar” y “Yo soy una niña”, entre tantas obras.

Túnica y sombrero

Ricardo Gómez Madrid recuerda que “en el marco de un intenso problema gremial en los años 90, asistió a una asamblea en la que estábamos presentes casi toda la comunidad artística teatral, vestido con una de sus singulares túnicas, con sus accesorios y un gigante sombrero de ala ancha. Cuando entró, ya había empezado, se me acercó -yo estaba junto a la puerta- y me susurró “espero no haber venido demasiado sencillito, insignificante y desabrido, me puse lo primero que encontré”. Su sentido del humor era único y eso incluía reírse de él mismo. Se va muy pronto, como suelen hacerlo las personas buenas queribles, este es un día triste”.

Alejandro Sandoval murió de un cáncer de páncreas que venía arrastrando hace un tiempo.

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