El triunfo sobre Patronato dejó a San Martín de Tucumán a un paso de coronar un año soñado

Matías "Caco" García marcó el gol que le entregó al equipo de Diego Flores el boleto para jugar la final por el ascenso a la Liga Profesional.

FESTEJO. Caco García grita su gol y es felicitado por Lautaro Fedele. El Santo está a un paso de la gloria. FESTEJO. "Caco" García grita su gol y es felicitado por Lautaro Fedele. El "Santo" está a un paso de la gloria. Foto de Javier Escobar, especial para LA GACETA

Justo con los colores que simbolizan pureza y coraje, San Martín de Tucumán encontró la gloria a la vera del Río Paraná. En un partido lleno de emociones, el equipo de Diego Flores sacó el conejo de la galera en los pies de su máxima figura, Matías “Caco” García, y sacó el pasaje para la gran final por el primer ascenso a la Liga Profesional.

La “batalla” de San Martín en Paraná comenzó en apenas tres minutos de partido, y no fue sólo por la determinación de los jugadores en disputar cada pelota como si fuera la última, sino también por la polémica actuación del árbitro Gastón Monsón Brizuela.

En un puñado de minutos, ya tenía tres amonestados y un penal en contra (por una supuesta infracción de Darío Sand sobre Juan Perotti). Pero el “Santo” está “dulce” y lo demuestra a cada paso. Emanuel Dening no le acertó al arco desde los 11 metros y el cero no se modificó.

Al “Santo” le faltaba un sólo pasito para lograr el primer objetivo de la temporada. El regalo que este sábado le había llegado desde Floresta (All Boys había vencido a San Martín de San Juan) le había dado la chance de dar el primer paso; y no la desaprovechó.

Es cierto que Sand tuvo demasiado trabajo, mucho más que de costumbre. Pero era lógico porque Patronato está con la soga al cuello por el descenso y se jugaba la vida.

Por eso el “1” fue clave al tapar algunos remates de Gonzalo Asis, Juan Barinaga, Valentín Pereyra y Franco Coronel.

Sin Gustavo Abregú y con Leonardo Monje en otro ritmo (hace mucho que no jugaba de manera oficial) el medio visitante no estuvo tan firme.  Pero este San Martín sabe muy bien a lo que juega. Se defiende cuando la situación lo pide y aprovecha cada vez que se le presenta una oportunidad.

“Caco” vio luz al final del túnel, aceleró y sacó un remate furioso, seco, alto, al ángulo de un Julio Salvá que se estiró cuan largo es, pero no pudo hacer nada. Y con el 1-0 en el saco, al “Santo” se le simplificó el trabajo.

En el complemento, Flores movió el banco. Mandó a la cancha a Ulises Vera, a Nicolás Moreno y le dio la chance de debutar a Alan Cisnero. Y la jugada le salió bien.

Si bien en el complemento San Martín apostó a jugar al contragolpe, lo hizo bien. Se replegó y salió rápido. Justamente Vera y Moreno tuvieron chances para estirar la ventaja. Pero no estuvieron finos. Salvá le adivinó la intención a  Vera primero y tuvo una doble tapada más tarde.

La explosión de felicidad de los jugadores “santos” una vez que se terminó el juego resume lo que significan estos tres puntos. San Martín. Vestidos con una camiseta que lleva impreso un fragmento de la carta del General San Martín, los futbolistas llevaron alto el honor del club; pero también la esperanza de miles de hinchas que sueñan con volver al fútbol grande. San Martín es el mejor equipo de la categoría, pero aún le falta un paso más para poder coronar una campaña sencillamente espectacular.

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