Uno de los planetas que mayor cantidad de luz solar recibe es Venus, el segundo cuerpo celeste más cercano a nuestra estrella. 41 millones de kilómetros después se encuentra la Tierra. Cualquiera podría pensar que una competencia es imposible debido a la distancia, sin embargo, una región latinoamericana ha logrado rivalizar con aquel planeta, convirtiéndose en el lugar más soleado del globo entero.
El desierto de Atacama, en Chile, en muchas ocasiones ha rivalizados con la catividad solar de Venus, uno de los planetas más calientes de nuestro sistema solar debido a la cantidad de radiación que este recibe. Este lugar ha derrotado al Monte Everest, que por su altitud podría acercarse a los rayos solares y según un reporte publicado el tres de julio del año pasado en el Bulletin of the American Meteorological Society, es esta extensión de la región de Antofagasta la más soleada de todas.
El desierto de Atacama es uno de los lugares más soleados del planeta a pesar de su distancia con el Sol
Los datos satelitales recogidos en el informe revelaron que el Altiplano es la región que experimenta los niveles más intensos de luz solar en el mundo. Desde 2016, los investigadores han estado midiendo los niveles de radiación solar en el sitio utilizando un piranómetro, un instrumento del tamaño de la palma de la mano sensible a la luz ultravioleta, visible y cercana al infrarrojo.
Basándose en los primeros cinco años de datos del observatorio, la cantidad media de energía solar que llega a cada metro cuadrado del paisaje chileno (308 vatios) es consistente con las observaciones satelitales anteriores e incluso mayor que los valores registrados por un piranómetro cerca de la cumbre del Monte Everest, el punto más alto de nuestro planeta.
Los investigadores también captaron ráfagas de radiación solar extremadamente intensa. Un evento, en enero de 2017, afectó al sitio con 2.177 vatios por metro cuadrado, más de siete veces el promedio. La intensidad de ese evento y otros similares ha logrado competir con la radiacia promedio de 2600 vatios de Venus, que está más de 40 millones de kilómetros más cerca del Sol que la Tierra. Dichos acontecimientos, que suelen durar solo unos minutos, son causados por nubes delgadas que dispersan la luz hacia el suelo, sugieren los investigadores y provocan que los rayos incidan mayormente en aquella región.