En el marco de las celebraciones por los 40 años del Instituto Superior de Correlación Geológica (Insugeo) un geólogo expuso un panorama preocupante sobre el uso del agua en la provincia y planteó que hacen falta más obras importantes y una buena planificación urbana y de perforación de pozos. Paralelamente, en la presentación de la investigación federal que se hizo sobre las estrategias de integración social, ambiental y productiva del piedemonte se habló de la necesidad de hacer un plan de ordenamiento territorial y se planteó como prioritario el manejo del agua.
El geólogo dijo que Tucumán no debería padecer escasez de agua, ya que tiene un promedio de lluvia de 1.000 mm anuales; pero el problema es el déficit de obras: hay que invertir en nuevas y mejorar las que tenemos, precisó. Lo importante es aprovechar el excedente de agua del verano y almacenarla. Para eso, deberíamos combinar obras de superficie, como un nuevo dique, y otras subterráneas. Dijo que hay muchos pozos y que están demasiado cerca unos de otros. En toda la zona de intenso crecimiento en el Gran Tucumán -el sector del piedemonte- el acuífero está “estresado” y falta la planificación. Las zonas con más problemas de agua subterránea en el Gran San Miguel son Tafí Viejo, Villa Carmela, las Talitas, Lomas de Tafí, La Rinconada, San Pablo y El Manantial. En el diagnóstico sobre el piedemonte se plantea que haría falta provisión de agua por fuera de la explotación subterránea. En este sentido, se espera que haya novedades en algún momento con respecto al nuevo acueducto Vipos, obra que requiere autorización de la Nación, que permitiría aliviar la emergencia de provisión de agua de toda esta zona crítica, que abarca unas 240.000 personas. El geólogo también habló de la falta de compromiso de la población, dado que Tucumán tiene una alta tasa de consumo de agua, en promedio, 400 litros por persona por día. También planteó que el desarrollo urbano hacia el cerro va en camino a agravar los problemas, cuando, en cambio, señaló, hay que empezar a mirar la llanura.
Entre las posibles soluciones, se analiza la posibilidad de hacer un nuevo dique -podría ser en Potrero de las Tablas- y mejorar los que tenemos; por ejemplo, El Cadillal, que ya perdió un 40% de su capacidad. Por otro lado, mejorar el viaducto Vipos, donde se están haciendo ahora tareas de recuperación, el acueducto de Anfama y la toma de San Javier, que también están siendo reparados. “Y urge arreglar las redes de distribución que tenemos, muchas de las cuales presentan pérdidas. Algunas tienen más de 100 años y su capacidad está reducida hasta el 50%.”, apuntó. Parte del agua enviada desde El Cadillal hacia los ingenios y los campos agrícolas se pierde por infiltración en los suelos. Según se sabe, solo 12 km de canales, de un total de 147 km, son revestidos e impermeables en la Provincia.
Por otro lado, hizo un llamado a la población para ver de qué manera se puede reutilizar el agua. “De todo lo que se consume, desperdiciamos más del 50%... Se necesitan más campañas de concientización para evitar el derroche; el agua no es gratis”, concluyó.