De fallar en olimpíadas a trabajar en Microsoft: la historia de un tucumano que creyó en la vocación

En TEDx Yerba Buena 2024, Benjamín Cortés, licenciado en Informática actualmente radicado en Canadá, contó cómo la perseverancia y la práctica lo llevaron al éxito.

TEDX YERBA BUENA. El tucumano Benjamín Cortes que hoy vive en Canadá, disertó sobre la pasión y el esfuerzo./INES QUINTEROS ORIO, LA GACETA TEDX YERBA BUENA. El tucumano Benjamín Cortes que hoy vive en Canadá, disertó sobre la pasión y el esfuerzo./INES QUINTEROS ORIO, LA GACETA

En la cuarta edición de TEDx Yerba Buena celebrada este sábado 19 de octubre de 2024 en la Casa de la Cultura, varios oradores compartieron historias inspiradoras con los lemas "ideas que lo cambian todo" y "pasión por la vida". Benjamín Cortés, licenciado en Informática de 26 años, fue uno de ellos. El programador contó cómo el esfuerzo y la perseverancia le permitieron sobreponerse a los tropiezos, y llegar a trabajar en Microsoft y a vivir en Canadá.

Benjamín abrió su charla titulada “El camino de la vocación a la pasión” diciendo: "la pasión es el sentimiento que nos motiva a perseguir algo, y nos hace enfocar tiempo y recursos a esa actividad". Afirmó que las personas apasionadas son "constantes aprendices". Sin embargo, planteó un interrogante crucial: "¿cómo encuentro mi pasión? No es algo sencillo ni trivial. No es como que vamos por la calle, un auto nos toca bocina y decimos: 'ah, ya sé, me apasionan los autos'". Para él, es esencial "observar en el día a día cuáles son las cosas que generan intriga".

Desde joven, Benjamín se sintió atraído por la programación. En la secundaria, disfrutaba compartir lo que aprendía en aquella disciplina y ya en la universidad formó un grupo de estudio de Programación Competitiva. Sin embargo, no todo fue fácil: en su primera competencia de programación enfrentó un duro golpe. "Me acuerdo que, cuando abrí el sobre de las olimpíadas con las consignas, me quedé en blanco. Al primer problema no lo entendí, el segundo tampoco y el tercero me demostró que no sabía nada", contó durante su charla. Terminó entregando un proyecto vacío y se cuestionó si realmente tenía futuro en la programación.

A pesar de las dudas, Benjamín decidió seguir adelante. "Cualquier resultado depende 100% de la práctica", afirmó, recordando cómo otros competidores ya tenían años de experiencia mientras que él era autodidacta. Aunque en su primer año en la universidad tampoco logró los resultados que esperaba en las competencias, su pasión por la programación lo mantuvo en movimiento.

El cambio llegó en tercer año, cuando surgió la oportunidad de postularse a una pasantía en un centro de investigación en España. A pesar de sus inseguridades y del síndrome del impostor que sintió en ese momento, decidió intentarlo y fue aceptado. Esa experiencia le abrió las puertas a nuevos desafíos y oportunidades.

No fue suerte

Ya de regreso, un amigo lo animó a postularse para trabajar en Microsoft. Al principio, Benjamín pensó que no tenía chances, pero su amigo lo convenció. "Yo conozco tu historia, hacelo", le dijo. Algunas entrevistas no fueron como esperaba, pero en una ocasión le pidieron resolver un problema que ya había enfrentado antes, y lo logró. "'Tuviste suerte', quizás pensarán ustedes. Pero creo que la suerte se construye cuando el esfuerzo y la oportunidad se cruzan", reflexionó y evaluó que ese momento fue el resultado de años de preparación.

Hoy, viviendo en Canadá y trabajando en Microsoft, Benjamín mira hacia atrás con orgullo. Su historia es un claro ejemplo de cómo la constancia y la pasión pueden superar los fracasos. “Fallar es inevitable, pero la clave está en seguir intentándolo, porque cada vez que fallás, fallás mejor”, dijo con convicción.

Su charla en TEDx Yerba Buena dejó una lección clara: el éxito no es inmediato, pero quienes se animan a perseguir sus pasiones, con esfuerzo y dedicación, pueden llegar mucho más lejos de lo que imaginan.

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