Para Fabio, la carrera de su hijo Agustín Dattola no es solo el camino de un futbolista profesional, sino una travesía de amor y compromiso que comparte desde el primer día. En la antesala de la gran final contra Aldosivi, Fabio habla sobre la ansiedad y el orgullo que siente, al ver a su hijo a punto de alcanzar el sueño de la temporada con San Martín de Tucumán.
"Estoy bastante confiado en el equipo, en que pueda lograr el objetivo", le cuenta Fabio a LA GACETA con entusiasmo. "Siempre seguí a Agustín desde chico y, en toda su carrera, con suerte me habré perdido cinco partidos", aseguró Dattola (p). Para él, cada partido es una oportunidad de estar a su lado, incluso cuando implica recorrer mil kilómetros desde Buenos Aires a Tucumán. "De local en Tucumán es como visitante para mí, pero lo vivo con alegría", agregó.
Fabio recuerda su primera impresión de La Ciudadela, el día que Almirante Brown, su club de toda la vida -fue vicepresidente de "La Fragata"- se enfrentó a San Martín de Tucumán. "Era una marea humana, no me lo olvido más. Me sorprendió gratamente la cantidad de gente que arrastra San Martín", explicó Fabio, que en base a esa experiencia, convenció a su hijo a firmar por el "Santo".
"Le dije, ‘Ni lo dudes, es uno de los clubes más importantes del ascenso, a la altura de un equipo de primera’.” No obstante, la distancia para la familia no es fácil. Aun así, lo que prima es el orgullo. "Es una sensación muy linda saber que ahora toda esa gente lo apoya a él", aseguró.
Para Fabio, Agustín representa el sueño de cada chico que quiere jugar en un estadio repleto, y más en un club tan apasionado como San Martín. "Él es un pibe muy carismático y está hecho para un equipo como San Martín. Siempre le digo, ‘vos tenés que ver a toda esa gente que, capaz, vende una bicicleta para ir a la cancha’. Eso realmente emociona, es gente humilde y trabajadora que se merece esta alegría", concluyó Fabio, ese padre que deja de lado los colores para ver feliz a su hijo.