Trump y la prensa, historia de un vínculo hostil

El magnate considera a los medios como “enemigos del pueblo”. Asociaciones de periodistas alertaron que hay intimidación.

RETÓRICA INCENDIARIA. Trump dice que no le molestaría que una bala se abra paso entre “las fake news”.  AFP RETÓRICA INCENDIARIA. Trump dice que no le molestaría que una bala se abra paso entre “las fake news”. AFP
09 Noviembre 2024

NUEVA YORK, Estados Unidos.- Donald Trump elevó la pelea con los medios con nuevas amenazas a la libertad de prensa a su regreso a la presidencia.

En su primer discurso tras la victoria, el multimillonario republicano se refirió al “campo enemigo” al hablar de las cadenas de televisión CNN y MSNBC, donde algunos columnistas no le perdonan, dando nueva resonancia a la expresión “enemigos del pueblo estadounidense” que utilizó al inicio de su primer mandato.

El domingo dijo que “habría que disparar” contra el sector si él fuera de nuevo blanco de un intento de asesinato, como los dos de los que fue víctima durante su campaña. Su equipo aclaró que se había tergiversado el sentido de sus declaraciones. Trump también amenazó con retirar licencias de emisión a las cadenas CBS y ABC, a las que acusó de favorecer a Kamala Harris.

Durante su primer mandato (2017-2021), hubo periodistas les negaron el acceso a la Casa Blanca, como a la estrella de CNN Jim Acosta, que recuperó su credencial tras una batalla judicial.

“Estamos preocupados desde que empezó a usar una retórica incendiaria, desde su primera campaña en 2015”, dice Katherine Jacobsen, responsable en Estados Unidos del Comité para la Protección de Periodistas (CPJ).

El CPJ denunció en 2020 que Trump quería intimidar a periodistas con denuncias por difamación. Además, la Casa Blanca intentó violar la protección de fuentes tras las filtraciones, dijeron.

Credibilidad

Una vez de vuelta al poder, Trump “nombrará aún más jueces que intentarán restringir la libertad de prensa”, predice Mark Feldstein, profesor de periodismo en la Universidad de Maryland.

En Estados Unidos, la libertad de expresión está protegida por la primera enmienda de la Constitución, y el Tribunal Supremo consagró el derecho de la prensa a criticar en un fallo de 1964.

Según Jacobsen, Trump ha contribuido a minar la credibilidad de los periodistas al acusarles de desinformar. Todo esto en un contexto económico ya de por sí difícil para la industria de los medios de comunicación y más aún para la prensa local.

“Trump es parte del discurso antisistema y antiinstitucional en Estados Unidos, y ha metido a los medios de comunicación de una manera preocupante”, explica.

El episodio del 6 de enero de 2021, cuando miles de partidarios de Trump invadieron el Capitolio en Washington para impedir la certificación de los resultados tras su derrota frente a Joe Biden, es un ejemplo llamativo:

“Hay dos narrativas diferentes, una que los periodistas han documentado y demostrado que es real, y la versión de Trump, que se aleja de la realidad de una manera preocupante”, explica Jacobsen. Por el contrario, los estrategas del magnate afirman que los medios tradicionales están alejados de la realidad de la sociedad.

Cansancio

Durante su primer mandato, prestigiosos periódicos como “The New York Times” y “The Washington Post” publicaron varias investigaciones sobre las relaciones entre miembros del círculo cercano a Trump y Rusia. Esto disparó sus ventas e ingresos publicitarios. “The Wall Street Journal”, propiedad del magnate conservador de los medios de comunicación Rupert Murdoch, reveló los pagos ocultos a la actriz porno Stormy Daniels, que llevaron a la condena de Trump ante los tribunales de Nueva York.

“No sé si volveremos a ver esta oleada”, relativiza Dan Kennedy, docente de periodismo en la Universidad Northeastern de Boston. Mark Feldstein también cree que “hay tanto cansancio en torno a Trump que los medios no podrán contar con este impulso”.

La campaña electoral estuvo marcada por la decisión del “Washington Post” de no apoyar a ninguno de los dos candidatos, leída como el resultado de las presiones de su propietario, el fundador de Amazon y Blue Origin, Jeff Bezos, para no enemistarse con Trump.

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