Condenaron a la cocinera de Julio De Vido por lavado de dinero

Nélida Caballero, ex cocinera de Julio De Vido, fue condenada por lavado de dinero a tres años de prisión en suspenso y a pagar una multa de 300 millones de pesos. Además, la Justicia ordenó el decomiso de varios de sus bienes, incluyendo vehículos de alta gama, propiedades y campos adquiridos con fondos ilícitos. El fallo fue dictado por el Tribunal Oral Federal 7, que rechazó su defensa basada en el argumento de que su riqueza provenía de su actividad como trabajadora sexual y empresaria en Formosa y El Calafate.

Caballero, de 45 años, relató que durante años trabajó como empleada doméstica y prostituta, lo que le permitió acceder a conexiones con empresarios y banqueros que facilitaron su ingreso en el mundo de los negocios. Según declaró, con el dinero obtenido abrió una agencia de venta de pasajes, un lavadero de micros y adquirió propiedades en su provincia natal. La fiscal Fabiana León desestimó su argumento, calificándolo como una estrategia similar a la utilizada en el caso de Sofía Clerici, involucrada en un escándalo por bienes de origen dudoso.

En su testimonio, Caballero sorprendió al tribunal con detalles de su vida, desde abusos sufridos en su infancia hasta su incursión en el trabajo sexual, que incluyó la participación en producciones pornográficas y relaciones con hombres de negocios. Relató que estas conexiones le permitieron ampliar sus actividades económicas y adquirir bienes costosos, como un auto deportivo Peugeot RCZ y una camioneta Toyota Hilux. También mencionó haber trabajado en la Posada Los Álamos en El Calafate, donde conoció a De Vido y a su esposa, Alessandra Minnicelli, lo que derivó en su empleo como cocinera del matrimonio.

A pesar de su defensa y el detalle de su relato, los jueces consideraron que los bienes incautados tenían un origen ilícito y ordenaron su decomiso. Entre ellos se cuentan una chacra en Formosa, vehículos de lujo y maquinaria agrícola. Aunque la sentencia incluyó la absolución de su hija Camila Caballero y de su expareja Omar Lavergne, la decisión puso fin a las pretensiones de la acusada de justificar su fortuna como producto de su trabajo en múltiples oficios y su vida personal.