Comenzaron a identificar a quienes desvían agua hacia los caminos en el sur

En la comuna de El Sacrificio multaron a productores que hicieron canales de desagote.

PELIGRO LATENTE. Carmen Orellana vive con su hijo José Luis en una vivienda ubicada sobre el canal de riego. PELIGRO LATENTE. Carmen Orellana vive con su hijo José Luis en una vivienda ubicada sobre el canal de riego.

En la comuna de El Sacrificio son cientos los vecinos que en los tiempos de lluvias quedan con frecuencia atrapados entre dos cauces de agua. A veces permanecen aislados varios días. Se tratan de los que viven a orillas de caminos que descienden de las serranías y que cuando se desatan tormentas se transforman en río.

Del otro lado de las casas corren pegados a estas canales de riego que también bajan de las lomadas con correntadas furiosas. Los más afectados son los pobladores del barrio Virgen del Valle, que nace en la ruta 38 y se extiende a lo largo del camino que va a Domingo Millán, y otro conocido como Kilómetro 9. Este también se prolonga a partir de la carretera nacional.

PROBLEMAS. Pobladores de numerosas localidades del departamento La Cocha suelen quedar aislados. la gaceta / fotos de osvaldo ripoll PROBLEMAS. Pobladores de numerosas localidades del departamento La Cocha suelen quedar aislados. la gaceta / fotos de osvaldo ripoll

En ambos sectores las humildes viviendas de los vecinos están sobre terrenos un poco elevados que se abren entre los canales y los caminos de tierra. Son propiedades fiscales que nunca tendrían que haber sido ocupadas. Pero la necesidad urgente se impuso. “Vivir aquí es una pesadilla que nos desvela en el verano. Quedamos rodeados por agua que desborda e inunda la casa. Para evitar otros golpes como los de este año, llené bolsas con arena para ponerlas del lado del camino y del canal”, contó Ramón Carrizo del Virgen del Valle.

AFLICCIÓN. Los canales están llenos de basura, según Carmen Orellana. AFLICCIÓN. Los canales están llenos de basura, según Carmen Orellana.

Sin salida

“Permanecemos aquí porque no tenemos dónde más ir. Si pudiera comprarme un terreno en otro lugar más seguro lo haría. Pero apenas tengo una pensión con la que sobrevivo”, confesó Carmen Orellana, del mismo barrio. Estela Leiva es una de las pocas que logró escapar de las amenazas que representan las aguas que bajan de los cerros e irse a otro sitio. Volvió hasta ahí a ver a su hija. “Me fui cansada de perder todos los años cosas que conseguía con sacrificio. Las crecientes llegaban y en segundo ya te encontrabas con el agua hasta las rodillas y apenas con lo puesto. En Alberdi conseguí un pedazo de tierra en la que instalé una prefabricada. Quedó aquí mi hija con su familia. Espero que también pueda irse algún día”, dijo.

La casa de María es de bloques de cemento. Casi todos los años el marido de esta mujer se ve obligado a hacer boquetes en la base de la pared Este a fin de desagotar el agua que invade el interior. “Levantamos un muro de contención del lado de la calle, pero igual la creciente nos ataca por el canal. No nos queda más que romper la pared para que el agua se vaya, si no permanece días”, contó la mujer. “Un año estuvimos más de una semana aislados. El camino cada vez que llueve queda anegado y destruido. Todo llega sin control por el desmonte y los productores que abren desagües hacia los caminos”, sostuvo.

NECESARIA CONTENCIÓN. Liliana Beatriz Carreras y su esposo, Ramón Carrizo, colocan bolsas de arena frente a la entrada de su casa. NECESARIA CONTENCIÓN. Liliana Beatriz Carreras y su esposo, Ramón Carrizo, colocan bolsas de arena frente a la entrada de su casa.

Causas establecidas

La denuncia de los vecinos sobre las causas de los problemas que padecen, fue verificada por el Comité de Identificación y Control de Daños por Escurrimiento sobre la Infraestructura Pública que se constituyó en la provincia y que está integrado por representantes de Fiscalía de Estado, Ministerio del Interior, Dirección Provincial de Vialidad (DPV), Dirección de Recursos Hídricos y la Subdirección de Suelo.

Estos, acompañados del comisionado comunal, Gonzalo Sánchez, se constituyeron en el camino Kilómetro 9 y procedieron a recorrerlo desde la ruta 38 hasta el final de la vía. En un informe asentado en un acta se especificó que en esta inspección “se constata la acción del agua escurrida en camino y proveniente de campos aledaños, linderos de productores agropecuarios particulares”. “Los caminos se encuentran anegados e intransitables en algunos sectores. Se observan socavones en los costados, que en algunos casos llegan a dos metros de profundidad. También se advierte la existencia de desagües provisorios, los que, según manifestaciones, fueron construidos por pequeños productores a fin de desagotar sus campos volcando el agua en el camino. El canal 1 sur se encuentra en mal estado, producto de la acción de la fuerza del agua escurrida de campos aledaños”, dice el informe.

BARRERA. Para pelearle al agua usan bloques de cemento y maderas. BARRERA. Para pelearle al agua usan bloques de cemento y maderas.

Multas

El acta fue firmada, entre otros, por Eugenia Meone, de Asuntos Jurídicos del Ministerio del Interior; Pablo Dibe, de la DPV, y el comisionado comunal Sánchez, entre otros. En base a esta constatación la provincia procedió a comunicar a los productores en el perjuicio generado por los desagües provisorios que construyeron, multas por montos aun no conocidos.

El comisionado comunal Sánchez se negó a recibir a LA GACETA, que recurrió a su despacho con el fin de requerirle precisiones sobre el procedimiento realizado por la Provincia y los pasos a seguir en torno a la situación de las familias instaladas a orilla del camino y los canales. El anterior jefe comunal, Carlos Juárez, dejó pendiente un proyecto de reubicación de los vecinos con mayor riesgo de ser arrastrados por las aguas.

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