En medio del proceso judicial que atraviesa en Paraguay, el senador Edgardo Kueider presentó a la Cámara de Senadores el pedido de licencia como consecuencia de su detención.
El pedido lleva la firma de Sandra Marisa Schmitz, una de las empleadas de planta permanente que tiene el senador en su despacho. El documento tiene como destinataria a la presidenta del Senado, Victoria Villarruel, y como lleva la firma de Schmitz explica que se dirige a la Vicepresidenta de la Nación “por expreso pedido del senador nacional por la provincia de Entre Ríos” Edgardo Kueider, “ a fin de elevar su pedido de licencia como Senador de la Nación”.
El texto no hace referencia a un período de tiempo por el cual solicita la licencia el senador que está cumpliendo arresto domiciliario en Paraguay. Según la fiscalía que lleva adelante la investigación por contrabando, Kueider debería permanecer como mínimo cuatro meses en el vecino país.
El senador había adelantado que iba a realizar ese pedido mediante un comunicado de su equipo de prensa, en el que aclararon que “la determinación tiene como objetivo que no haya ningún tipo de impedimento a la hora de que se lo investigue”. A su vez, precisaron que Kueider espera que “se pongan en marcha todos los mecanismos institucionales correspondientes y que se aclaren los hechos”.
Ahora empieza un nuevo proceso que es el de la aprobación o no de la licencia, y eso lo tienen que llevar adelante en el recinto los propios senadores, por lo que la Presidencia del Senado debería habilitar una sesión especial.
El Senado, en aprietos
Esto pone a la Cámara alta en un aprieto porque la bancada de Unión por la Patria (UxP) presentó la semana pasada un pedido de sesión especial para debatir la expulsión de Kueider, este jueves. En este contexto Villarruel deberá tomar la decisión de abrir el Senado o no.
Con el período de sesiones ordinarias terminado y sin que todavía se formalicen las extraordinarias, el senador Oscar Parrilli aseguró que, ante el pedido de sesión, la vicepresidenta Victoria Villarruel “tiene la obligación de convocar, después se verá si hay quórum o no”. Este obstáculo no es menor para el bloque opositor porque aún si consiguiera quórum, para aprobar una expulsión se requieren dos tercios de los votos.
Para el dirigente patagónico, la detención de Kueider “es un acto de inmoralidad manifiesta”. “Nosotros estamos convencidos que este solo hecho ya amerita la aplicación del artículo 66” de la Constitución Nacional.