En el altar del déficit cero, Milei sacrificó a toda una generación, además de frenar las necesarias obras públicas y disminuir el presupuesto educativo. Sin embargo, la gente lo apoyó generosamente, la gente se tragó el aceite de bacalao, apoyando a su verdugo con tal de salir de la calesita miserable en la que nos dejaron los falsos peronistas. Sin embargo, tiene un virus que es el de la soberbia, alimentado grandemente por su ignorancia. Ataca al Mercosur y a los socios comerciales argentinos como si fuera “un noble extraviado en una villa miseria”. Se la cree. Hoy el mundo ya no se divide entre comunistas y anticomunistas. Las socialdemocracias de Noruega, Suecia, Finlandia, Dinamarca y Alemania, son los gobiernos más exitosos del mundo. China, un país “comunista” es tal vez el capitalismo más exitoso, no solo por su desarrollo tecnológico, sino también por haber logrado sumar a más de 500 millones de chinos a la clase media. Dividir el mundo en blanco y negro es una muestra de gran ignorancia, tan grave como negociar con Cristina y violar la promesa de combatir la corrupción imponiendo entre otras la ley de Ficha Limpia. Es una lástima que el señor Milei pierda la oportunidad única de ser un verdadero líder de la libertad. Se podría haber achicado el déficit fiscal recuperando lo robado (dicen de 400.000 millones de dólares). Desconoce que es la gente quien lo vota y quien lo está mirando y aguantando la malaria. No importa si Cristina está o no enfrente. Importa cumplir con el mandato de limpiar la administración pública, mejorar nuestras instituciones inclusive la Justicia (no será así con el juez Lijo) y promover el desarrollo económico, tecnológico y social de los argentinos. Terminar con la dictadura de los chorros. Por ahora todo es saraza y hambre para millones.
Esteban Tortarolo
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