Eléctrica, sensual y adorable: María Becerra iluminó Tucumán cerrando una gira de nivel internacional
La actual diosa del reggaetón y el trap lo dio todo en un show de dos horas sin parar. Aunque faltaron canciones tan esperadas como “Acaramelao” y “Felices x siempre”, casi 20 mil fanáticos sintonizaron con la nena de Argentina en el pasado sábado bajo una luna llena.
Pasaron unos minutos de las 23 y la aparición de la nena de Argentina es inminente. La noche se enciende con la impecable coreografía de 12 bailarines perfectamente alineados y sincronizados, y entonces la euforia se desata porque María Becerra ya está entre nosotros. Eligió un body tornasolado entre el azul y el violeta, un outfit muy sensual que resalta su figura de modelo. Sí: parece de otro planeta.
Sobre un escenario que tiene forma de T y la artista lo domina con soltura y decisión en cada movimiento. Canta, baila, juega con la cámara que la persigue y hasta interactúa con los fans con su clásico carisma.
El show es completo y el público no se queda atrás: baila y corea la letra de las 30 canciones del setlist a pura emoción. “Mañana va a doler el ciático, pero ¡hoy no!”, bromea María.
La energía y la conexión con el público resultan viscerales, desde los temas más bailables hasta los melancólicos. “Las canciones del primer álbum me hacen acordar mucho a mi niñez -le confiesa Camila a LA GACETA-. Y las más tristes o tiernas me recuerdan el valor de la familia, me hacen pensar especialmente en mi mamá”.
Se fue internacional la nena de Argentina… La gira de María Becerra dio la vuelta al mundo, pasando por 11 países. Con un show de casi dos horas, se fusionaron sets coreográficos de gran nivel, una puesta en escena con visuales dinámicas, y una banda en vivo que potenció cada interpretación. María Becerra no sólo deslumbró cantando con gran destreza y bailando enérgicamente a lo largo de todo el escenario y también lo hizo con su gestualidad tan particular, desde mostrar los dientes, sostener una mirada amenazante hasta dirigiéndose hacia los fans.
En las pantallas -al fondo y a los costados del escenario- se alternan las imágenes en vivo con visuales de colores vibrantes y a tono con cada tema, a cargo de Tomás Callegaro y Facundo Salinas. También el manejo de láseres es impactante operados por Sergio Canario Farias.
Una diosa terrenal
Una fanática que la sigue desde los 5 años trajo un cartel y espera que María llegue a verlo. “Me encanta cómo retrata la figura de la mujer: como una diosa. Hace que las mujeres se sientan empoderadas y más orgullosas de sí mismas -sostiene Camila Gorosito-. Que no se haya rendido nunca, a pesar de que la rechazaran de muchos lados, demuestra su perseverancia”
Para muchos fans resulta especial vivir el fin de una era en el norte del país. Vicky llegó desde Bariloche con su hija Lupe y el sueño de conocer a María en persona. “Realmente me sé todas sus canciones y eso no me pasa con las demás cantantes argentinas del estilo -apunta-. El timbre de voz de María destaca porque tiene algo diferente, se la puede reconocer”.
También hay sueños cumplidos. Cuando Ana Victoria cumplió 15 años obtuvo de regalo la preciada entrada para ver el show en el hipódromo. Dice que nada le gusta más que la personalidad “linda y transparente” de María. Ana Victoria padece fibrosis quística pancreática y asistió junto a su prima Ana Paula. Ambas disfrutaron la noche en un sector VIP.
“Soy fan desde que se afeitó en YouTube” -dice Yordino lanzando una carcajada-. Es fácil empatizar con ella por cómo se expresa, tiene algo muy humano, muy argentino y te hace sentir parte”.
Del reggaetón al ¿rock?
“Lo vivimos como un recital de rock”, analizan Mauro y Natalia después del show. La pareja se considera más bien rockera, pero dentro de una vertiente reggaetonera, “María es la reina porque se adapta a todos los géneros y le sale genial. Fuimos a muchos recitales de rock en el underground, en la provincia y también nacionales, y el calibre de los músicos que estaban con ella en el escenario es digno de un espectáculo de rock”, afirma Natalia. Ella lleva un tatuaje temporal del primer lanzamiento de la artista (“222”) en el escote y resume sus sensaciones: “yo la amo”.
Efectivamente, la banda compuesta por Alejandro Rossi (guitarra eléctrica), Milton Álvarez (bajo), Joaquín Waiman (batería) y Sebastián Candorin (teclados) le dio un giro inesperado y rockero a las canciones. Una fusión que no pasó inadvertida. “Hay artistas que solo usan la pista y ya, pero que hayan incluido solos de guitarra y de batería… La verdad... Es para sacarse el sombrero”, añade Mauro.
El lado B: caos y congestión
En las inmediaciones del hipódromo y con cerca de seis cuadras de cola, miles de chicas vestidas de violeta hacían lo imposible para llegar a la entrada. Las críticas estuvieron puestas en la congestión y de autos, los pastos crecidos, la falta de iluminación y de caminos bien delimitados. “La entrada fue horrible”, comentó un fan. De hecho, se esperaba que el show comenzara a las 21. No obstante, algunos afortunados que no tuvieron problemas mencionaron que pudieron entrar y ubicarse relativamente rápido.
Qué cantó y qué no cantó
A casi mitad del show, María se plantó en el centro del escenario con un micrófono de pie para interpretar “High”, a la que catalogó como una de las canciones más especiales, ya que fue una de las primeras que la catapultaron al éxito.
Antes de cantar “Corazón vacío”, dijo: “es para todas aquellas personas que saben lo que es sufrir el abandono de un padre…” Y añadió que está inspirada en una historia de su propia familia: “se la dedico a la mujer más valiente que conozco por sacar adelante a sus dos hijos a pesar de todo. La amo”.
Muchos fans quedaron desilusionados con que hayan quitado de la lista “Acaramelao” y “Felices x siempre”. Se presume que las reemplazó por “Sexo es la moda”, su último estreno en colaboración con Yandel. Otros especulaban con que sonara otra de las recientes, “Jingle Bells Rock”, pero no sucedió.
“Dime cómo hago” fue una de las más impactantes de la noche. María se la dedicó a la comunidad LGBT y reveló que trata de una experiencia muy personal: “no sabíamos qué hacer, estábamos muy enamoradas y es muy difícil cuando crecés con prejuicios”.
Desde Buenos Aires, vino Lautaro, que sólo escucha reggaetón por María y estuvo ya en uno de los shows de River. “Solamente con ella me pasa esto, su música me convoca”, enfatiza, y subraya su admiración por la sencillez de María y su trato con los fans. Será porque se trata de uno de los símbolos más relevantes en la cultura de la música urbana de hoy.
El show culminó con fuegos artificiales y confeti, como un símbolo de celebración de lo que María logró hasta ahora. La “nena” de 24 años lleva sólo cinco años en la industria, es uno de los símbolos más relevantes en la cultura de la música urbana hoy, ha conquistado el corazón de muchos y su carrera es prometedora.