Aunque las opciones para embellecer el árbol son infinitas, existe un adorno en particular que, según creencias populares y tradiciones renovadas, puede marcar la diferencia. Este detalle no solo aporta un toque de estilo a la decoración, sino que también esconde un simbolismo profundo que, quienes lo adoptan, aseguran haber sentido en su vida.
Pero ¿cuál es este objeto que promete un cambio positivo? Su elección no es casual, y su posición en el árbol tampoco. Descúbrelo y conviértelo en el protagonista de tu Navidad, para que este año las festividades no solo iluminen tu hogar, sino también tu futuro.
El adorno que debe estar en tu árbol de Navidad para atraer abundancia y riqueza
Tan simple como económico, pero muy poderoso, así se describe al accesorio que ayudará a traer prosperidad. Se trata de las hojas de laurel camufladas entre las ramas del árbol de Navidad.
Se trata del laurel y también de la canela. El laurel ha sido símbolo de victoria y prosperidad desde la antigüedad en Grecia, marcando así toda una cultura que ha perdurado por siglos y siglos. En el ámbito esotérico, el laurel está asociado con la atracción de dinero y la eliminación de energías negativas, la victoria y las ganancias.
¿Qué pasa con la canela? Esta especia potencia esta energía gracias a sus propiedades para fomentar el éxito y la buena fortuna. Cuando estos dos elementos combinan sus energías, crean un poderoso ritual energético para atraer riquezas a tu hogar y a tu vida.
¿Cómo incorporar el laurel en tu árbol de Navidad?
Sigue estos pasos sencillos para usar este accesorio y potenciar la energía de tu decoración navideña:
Lo primero que debés hacer es comprar algunashojas de laurel frescas o secas, no importa. También, consigue un poco de canela en polvo. Opcionalmente, puedes usar un lazo dorado o rojo para amarrarlas, simplemente ponerlas así.
Luego, colocá un poco de canela en polvo sobre las hojas de laurel. Frota suavemente para impregnar su superficie y activarlas.
Ya con las hojas de laurel pasadas por canela, escondé las hojas entre las ramas de tu árbol de Navidad, preferiblemente lejos de las luces, así evitás que el calor las pueda llegar a quemar.