Muy sorprendente la justificación de las autoridades de la provincia sobre el revalúo de los inmuebles. Dicen que no es con un fin recaudatorio. Me crié en un conventillo y con orgullo de Monteagudo 352. El mismo está igual hace 80 años. Diez departamentos en chorizo, cinco para un lado y cinco para el otro. Obviamente, teníamos fogón y calefón a alcohol. Igual éramos felices. A pesar de eso figuramos como categoría 1, es decir la más cara. Me imagino que le pasará a muchos. ¿Acaso no se dan cuenta del esfuerzo que hacemos para abonar los impuestos? ¿Qué recibimos a cambio? Propagandas políticas hasta en pandemia que sabemos son mentiras. Dicen que ayudará al comercio inmobiliario. Nada más lejos; cada vez costará más adquirir una vivienda y mantenerla. Sí ayudará al aumento de sueldos de los funcionarios. ¿Alguien de estos eruditos estudió los principios de la contabilidad? ¿Una cosa así, cómo se aprecia? ¿Con la antigüedad se deprecia? Los vecinos de varios barrios vamos a contratar a los Iracundos que, a pesar de la balsa, seguimos sin agua. No subestimen al pueblo.
Ángel Gasparré
agasparre@hotmail.com






















