La otra cara de la Navidad: "Un platito de comida, esa es la felicidad más grande", el duro relato de una mujer de 77 años en una cena solidaria

Rosa Amanda Banega asistió a "Una Navidad diferente", el 24 por la noche.

REUNIDOS. Los asistentes tuvieron que soportar algo de lluvia, pero aún así pasaron una noche agradable. LA GACETA / FOTO DE DIEGO ARÁOZ REUNIDOS. Los asistentes tuvieron que soportar algo de lluvia, pero aún así pasaron una noche agradable. LA GACETA / FOTO DE DIEGO ARÁOZ
25 Diciembre 2024

Fueron alrededor de 1.000 y 1.500 personas en situación de calle y vulnerabilidad las que asistieron a "Una Navidad diferente", la tradicional cena solidaria que se realiza durante la Nochebuena en la Plaza Independencia. Varios de ellos tenían historias importantes para contar. 

Rosa Amanda Banega, una mujer de 77 años que actualmente está jubilada, asistió a esta cena solidaria en busca de pasar una navidad acompañada. Tiene tres hermanos de los cuales dos se encuentran enfermos. Se casó a los 51 años con un hombre de 25, oriundo de La Rioja, por lo que ella se mudó allí. Estuvieron casados cuatro años pero su esposo la dejó cuando supo que no podía quedar embarazada, al poco tiempo Rosa se enteró que su esposo tenía una doble vida, estaba con otra mujer con la que tuvo tres hijos por lo que ella, en su desesperación por dejarlo y volver a Tucumán, tuvo que vender su moto con la que se movilizaba para poder pagarle al chofer de un camión de verduras y así poder regresar. Desde entonces no volvió a saber más nada de él.

Antes de su jubilación trabajó en la legislatura con Parajón y tras su fallecimiento tuvo que dejar el trabajo. También es costurera, por lo que de vez en cuando realiza ese tipo de trabajos para poder generar al menos algo de ingresos.

AGRADECIDA. Rosa Banega valora enormemente lo que cenas como las de Nochebuena en la Plaza Independencia pueden ofrecer. LA GACETA/ FOTO DE DIEGO ARÁOZ AGRADECIDA. Rosa Banega valora enormemente lo que cenas como las de Nochebuena en la Plaza Independencia pueden ofrecer. LA GACETA/ FOTO DE DIEGO ARÁOZ

Cómo es su vida

Vive con 10 perros, que son su mayor apoyo. Sin embargo comenta que con el sueldo de la jubilación no le alcanza para costearse la comida y los medicamentos, por lo que tiene que recurrir a comedores para poder alimentarse. “La jubilación es muy triste, me han venido $15.000 de agua y $25.000 de luz cuando hace dos meses que no tengo luz. Porque tengo que cambiar los cables de la casa y me cuesta mucha plata. Estoy con la heladera desenchufada desde hace dos meses. Ya no sé hasta dónde voy a llegar con esta situación” - comenta.

Banega tiene muchos problemas de salud. Solo para nombrar algunos: ella ya no escucha por uno de sus oídos y no tiene los recursos necesarios para poder ser tratada y costear sus medicamentos que debería estar tomando. “Con lo poco que estamos cobrando de jubilación no nos alcanza. Yo le pediría a Milei que nos siga dando los medicamentos, que reaccione con la gente que está muy enferma porque obviamente también queremos seguir teniendo medicamentos” - declara.

La mujer espera para esta navidad poder sentirse acompañada de gente buena y humilde. También espera poder tener una cena tranquila en la que no deba preocuparse por su alimentación. “La felicidad más grande es toda la gente muy humilde que van a estar acá con nosotros, gente buena. Esa es la felicidad más grande, que vamos a tener un platito de comida.”

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