La mitad de los niños y adolescentes tiene exceso de peso

Se creó un programa provincial para bajar las tasas de obesidad y sobrepeso en los menores. Preocupación por el uso de pastillas, laxantes y diuréticos. Qué causan en el organismo.

PROBLEMA SERIO. La gordura en los niños provoca la ingesta de laxantes y diuréticos, algo que debe estar muy controlado por los propios padres. PROBLEMA SERIO. La gordura en los niños provoca la ingesta de laxantes y diuréticos, algo que debe estar muy controlado por los propios padres.

Mientras los índices de sobrepeso y obesidad aumentan entre los adolescentes, en las redes sociales se multiplican las ofertas de dietas, productos y pastillas de todo tipo para adelgazar. En los consultorios privados y en los servicios de nutrición de los hospitales aumentan las consultas. Y en muchos casos los chicos confiesan que han recurrido a la automedicación para lograr bajar de peso.

A nivel mundial, la preocupación crece. Según un estudio, casi el 10% de los adolescentes usan productos para adelgazar no recetados, ineficaces y potencialmente dañinos. Para el trabajo, se hizo una revisión de más de 90 estudios que fue dirigida por investigadores de la Facultad de Salud Pública y Medicina Preventiva de la Universidad de Monash (Australia).

Asimismo, evidenciaron que las pastillas para adelgazar, los laxantes y los diuréticos fueron los productos sin receta utilizados con más frecuencia.

En Tucumán

El exceso de peso en adolescentes ha ido en aumento y desde edades cada vez más tempranas. En Tucumán, las cifras de niños y adolescentes de cero a 19 años con sobrepeso u obesidad alcanzan al 51%. Es tal la preocupación que el Ministerio de Salud acaba de lanzar el programa  provincial “Creciendo Sano”.

El doctor  Luis Eduardo Bossi, pediatra y nutricionista, estimó  que hay 280.000 chicos y adolescentes tucumanos con exceso de peso. “Es una cifra alarmante, por lo cual el gobierno de la provincia tomó como medida de Estado este nuevo programa con la idea de que el niño y el adolescente crezcan y se desarrollen saludablemente, bajando las tasas de sobrepeso y de obesidad”, recalcó.

Después de 2020

Según el médico, encargado del servicio de nutrición del Hospital de Niños, se trata de una epidemia global. Antes de 2020, el sobrepeso y la obesidad en los adolescentes y niños era una cifra variable entre 30 % y 40 %.

“Pasaron cuatro años y esas cifras aumentaron después de la pandemia. Se calcula que en el mundo existen alrededor de 2.000 millones de personas con exceso de peso y la Organización Mundial de la Salud estima que en el 2035 ascenderá a 4.000 millones de habitantes”, alertó Bossi, especialista en obesidad y en deportologia y nutrición infantil.

No a los fármacos

Bossi asegura que siempre es un riesgo que los chicos se automediquen para bajar de peso. Generalmente, según su experiencia, esto ocurre cuando algunos de sus padres también lo hace.

También habló del papel de la tecnolocía. “Las redes sociales difunden mucha información, y no suelen ser consejos de profesionales idóneos. Ahora, con la inteligencia artificial, algunos chicos buscan datos sobre fármacos. Los padres deben estar atentos porque este tipo de pastillas se usan para bajar de peso y para quitar el apetito, pero tienen efectos colaterales que pueden ser complicados para la salud. Si vemos conductas raras en los chicos, hay que indagar y buscar ayuda”, remarcó.

En el último año, los fármacos para bajar de peso adquirieron una gran popularidad, impulsada por muchos influencers, que aseguran perder muchos kilos en pocos meses.

En el caso de los menores de 18 años, según Bossi, no es recomendable dar ningún tipo de medicación para adelgazar. Sobre el uso de  laxantes y diuréticos, sostuvo que es una práctica peligrosa y no efectiva a largo plazo.

“A corto plazo, pueden dar la impresión de pérdida de peso, pero esta se debe principalmente a la eliminación de agua y no a la pérdida de grasa. A mediano y a largo plazo, no son efectivos. No afectan la cantidad de grasa corporal, y el peso perdido (principalmente agua y electrolitos) se recupera rápidamente al rehidratarse. Además, pueden alterar el metabolismo”, especificó.

Consecuencias

Entre las consecuencias del uso de laxantes y diuréticos, señala: deshidratación, fatiga, mareos, alteraciones en los niveles de potasio, sodio y magnesio, que pueden causar calambres musculares, debilidad, daño gastrointestinal (laxantes), irritación intestinal, daño al colon y hasta problemas cardiovasculares (diuréticos).

Bossi, además, explicó que pueden generar adicción, especialmente los laxantes, ya que el colon puede volverse “perezoso”. También causan dependencia psicológica. Asimismo, generan pérdida de masa muscular por malnutrición.

“Para un control de peso saludable es esencial una combinación de buena nutrición, actividad física y hábitos saludables. Si un adolescente utiliza estos métodos, podría ser un indicador de un trastorno de la conducta alimentaria, y se recomienda buscar ayuda profesional de nutricionista, médico y psicólogo”, concluyó.

Conductas de riesgo

La doctora Mariela Córdoba, médica nutricionista, explicó que el consumo de laxantes y diuréticos se considera dentro de lo que se conoce como métodos purgativos para bajar de peso y que los padres deben estar muy atentos porque se trata de conductas alimentarias de riesgo (CAR).

“Este tipo de productos han ganado popularidad en las redes sociales. Cuanto más tiempo pasan los adolescentes en las redes, mayor el riesgo que corren. Hay una aspiración a un ideal de belleza inalcanzable. Las imágenes tienen filtros y no son reales; entonces, obviamente lo que compran los adolescentes es una irrealidad imposible de alcanzar”, analizó. Y añadió que las redes  existen también para fomentar el trastorno de la conducta alimentaria; en este caso, de tipo compensatorio o bulimia purgativa.

“Vivimos en una sociedad dietante, estereotipada, que promueve la delgadez y la belleza como sinónimos de felicidad y éxito. Y ese tipo de mensaje promueve el desarrollo de insatisfacción corporal, hábitos poco saludables y trastornos de la conducta alimentaria”, evaluó Córdoba.

Finalmente, aclaró que ningún tipo de suplemento o médicamente deben ser autoadministrados, y menos sin consulta médica especializada y supervisión. “Los laxantes y los diuréticos solamente eliminan líquido, no adelgazan, desfuncionalizan el colon y el riñón; afectan mucho a esos órganos. El adolescente se deshidrata, pero no baja de peso en cuanto a grasa, no le ayuda a cambiar su composición corporal que es lo que realmente busca”, remató.  

Señales

Hay algunas señales a tener en cuenta para poder ayudar cuando un hijo corre riesgo de sufrir un trastorno alimenticio. Estas son: los cambios drásticos en la alimentación, una preocupación excesiva por la imagen corporal, la evitación de comidas, el aislamiento social, cambios en el estado de ánimo, en el rendimiento académico o deportivo y disminución de la atención, entre otros.

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