El periodista Jorge Lanata murió hoy a los 64 años en el Hospital Italiano, donde estaba internado desde el 14 de junio pasado.
Lanata había permanecido en la unidad de cuidados intensivos del hospital de Almagro durante los últimos días, y aunque sus seres queridos abrigaban la esperanza de una pronta reubicación en un centro de rehabilitación, su estado de salud había presentado complicaciones.
“La terapia intensiva es un día a día”, explicó Elba Marcovecchio luego de Navidad, cuando le consultaron por la evolución de su marido.
El último informe médico oficial, emitido el viernes 6, detallaba que Lanata se encontraba “vigil, afebril y en ventilación mecánica durante la noche”. Los médico además habían detallado que sus signos vitales eran estables y no era necesario el uso de medicamentos para regular su presión arterial.
Sin embargo, desde esa fecha no se publicaron nuevos comunicados médicos, y fue principalmente Bárbara, su hija mayor, la persona que compartió el estado de salud de su padre con los medios.
La delicada salud de Lanata de los últimos meses
Desde hace años, la salud del periodista había generado preocupación tanto en su círculo cercano como en el público general. En junio de este año, Lanata fue internado en el Hospital Italiano de Buenos Aires tras sufrir una descompensación durante un chequeo médico de rutina. A partir de entonces, su estado de salud se convirtió en un tema de hermetismo y constante monitoreo.
El 11 de septiembre, luego de tres meses de internación en terapia intensiva, Lanata fue trasladado a la clínica de rehabilitación Santa Catalina para iniciar una etapa de recuperación. Sin embargo, poco después, contrajo neumonía e infección renal, lo que requirió su regreso al Hospital Italiano.
A estas afecciones se sumaron una encefalopatía, daño neurológico severo, e isquemia intestinal, que complicaron aún más su estado. Finalmente, una falla multiorgánica producto del mal funcionamiento de sus riñones e hígado, acompañado de hemorragias internas, derivó en un infarto que marcó el trágico desenlace.
Un probador y renovador del periodismo argentino
Lanata se convirtió en un referente indiscutido del periodismo argentino. No solo fundó medios que fueron íconos locales, sino también creó un estilo personal durante las últimas décadas.
En 1987 fundó Página 12, quizás el proyecto más emblemático del periodista. Este diario se convirtió rápidamente en un referente del periodismo crítico e independiente en Argentina, con un estilo innovador, con tapas que generaban debate y un enfoque profundo en la política y la sociedad, que tuvo su máximo esplendor durante los años noventa, con los gobiernos de Carlos Menem y luego de Fernando De la Rúa.
A fines de los noventa fundó la revista Veintitrés junto con un grupo de periodistas que provenían del ciclo televisivo Día D. Los iniciadores fueron Jorge Lanata, Jorge Repiso, Claudio Martínez, Adolfo Castelo, Marcelo Zlotogwiazda y Ernesto Tenembaum. Veintitrés fue una de sus publicaciones más exitosas de la época, combinando noticias de actualidad con análisis políticos y culturales. Con un estilo más ligero y desenfadado que Página 12, Veintitrés logró captar la atención de un público joven y urbano.
Diez años después Lanata lanzaría otro medio impreso: Crítica de la Argentina. El proyecto, fundado en 2008, fue otro diario dirigido por el periodista pero solo duró dos años.
Lanata además incursionó en programas televisivos en los que presentó investigaciones relevantes para la política local, como Día D y Periodismo Para Todos, programa en el que dirigió importantes denuncias contra los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández.
En los últimos años estuvo abocado a su programa de radio “Lanata sin filtro”, emitido por Radio Mitre, pero también desarrolló una importante carrera editorial con numerosos libros publicados entre los cuales se destacan: Historia de Teller (1992), Argentinos (2003), ADN. Mapa genético de los defectos argentinos (2004), 26 personas para salvar al mundo (2012) y La Década Robada (2014).