Aproximadamente el 60% de la población mundial utiliza redes sociales, es decir unas 4.700 millones de personas. En un mundo cada vez más digitalizado, las redes se volvieron una parte fundamental de la vida cotidiana. En ellas encontramos entretenimiento, información, nos comunicamos, etcétera. Sin embargo, las plataformas también provocaron aumentos en los niveles de problemas mentales, como estrés, depresión y en especial una adicción a ellas. Estudios revelaron que el uso excesivo del celular y las redes sociales afectan factores cognitivos como la atención, la memoria y la concentración.
El problema del scrolling
En una nota al medio británico BBC, la profesora sénior de psicología Éilish Duke habló sobre una de las acciones más comunes en redes, el scrolleo. La licenciada dijo que lo primero que hay que entender es que la acción de agarrar el celular y encender la pantalla es automático. “No somos conscientes de él porque hemos construido ese hábito por un largo periodo de tiempo” sostuvo.
A la vez, mencionó los resultados de una investigación hecha hace años: “Encontramos que los participantes pensaban que revisaban su teléfono cada 18 minutos, pero cuando usamos grabaciones de pantalla notamos que realmente lo estaban revisando con mucha más frecuencia”.
Duke afirma que el scrolling es tan adictivo porque los humanos están constantemente en la búsqueda de placer. “Están buscando esa novedad, ese próximo golpe de placer, lo que sea que podamos realmente disfrutar”, comenta. Para muchos, ese placer está en las redes sociales. El medio detalla tres recomendaciones para evitar el scrolling impulsivo, como dejar la pantalla de lado, en especial a la hora de dormir para tener un sueño de mejor calidad, luchar contra el impulso de scrollear e interactuar con el mundo físico.
Descansar de las redes para cuidar la salud mental
La Universidad de Bath, en Inglaterra, realizó un estudio donde se les pidió a 154 personas aleatorias de entre 18 y 72 años que utilizaban frecuentemente redes sociales que dejaran de utilizarlas durante toda una semana. Los resultados arrojaron que la gran mayoría de estos participantes redujeron sus niveles de ansiedad y depresión, además de mejorar su autoestima y estado de ánimo. También, los participantes afirmaron que bajaron el promedio semanal de consumo de redes de 8 horas a solamente 21 minutos. "Muchos de nuestros participantes informaron efectos positivos al estar fuera de las redes sociales con un mejor estado de ánimo y menos ansiedad en general. Esto sugiere que incluso un pequeño descanso puede tener un impacto", afirmó Jeff Lambert, investigador y docente de la universidad.