Durante la primera semana de noviembre, se disputó en Villa María, Córdoba, la edición número 40 del Torneo Nacional de Veteranas de Tenis. El evento es más abarcativo: contempla a jugadoras desde los 30 años, y no tiene límite de edad. Dos equipos tucumanos participaron; uno de ellos, Veteranas Tenis Tucumán, que cumplió 35 años de historia, siempre con un mismo objetivo: celebrar y disfrutar la vida.
Más de 40 jugadoras de Veteranas viajaron a Córdoba para participar del certamen cuatro categorías distintas: +30, +40, +50 y +60. Al grupo se sumaron también varias integrantes del equipo que, pese a no jugar, viajaron para alentar a sus compañeras y compartir la experiencia.
Porque Veteranas, más allá de ser un equipo que compite, es un equipo que comparte, dentro y fuera de la cancha. Algunas de sus miembros le explicaron a LA GACETA cómo se vive la experiencia desde adentro.
Veteranas Tenis Tucumán cuenta con una larga y rica historia
El nacimiento de Veteranas se remonta a 1989. Una de sus fundadoras fue Lucila Vélez de Macor, fallecida hace pocos años. Su nieta, Macarena López Ramírez, recordó un poco la historia de su abuela.
“Ella era hija de trabajadores de ferrocarriles de La Banda, Santiago del Estero. Su papá empezó a jugar al tenis por sus jefes, todos llevaban a sus hijos y se hacía toda una comunidad deportiva”, explicó López Ramírez, sobre la llegada de su abuela al tenis.
La historia de Vélez de Macor con Tucumán comenzó durante su adolescencia. “Lucy”, como se la conocía, vino a instalarse a la provincia con su familia. Aquí, llevó adelante su carrera universitaria (se recibió de bioquímica y farmacéutica), que le permitió participar de torneos nacionales de tenis. Y durante sus viajes a otras provincias, empezó a conectar con jugadoras de todas partes del país, que le sugirieron incluir a Tucumán en los certámenes que ya se empezaban a llevar adelante.
“Vio que había torneos de tenis en todos lados, y decidió crear un equipo para que Tucumán también pueda participar y no perderse esos torneos que eran una experiencia hermosa. Fundó Veteranas Tenis Tucumán partiendo de cero, tuvo ayuda de gente de Buenos Aires para todo el papeleo legal”, señaló López Ramírez. Así, entonces, nació el equipo, que durante las últimas décadas, no paró de crecer. Y entre sus adiciones, estuvo la propia nieta de “Lucy”.
“Yo soy salteña, porque mi mamá se fue a vivir a Salta. Cuando mi abuela viajaba, me regalaba una raqueta, o me pagaba las clases de tenis, siempre me inculcó este deporte. Cuando me hice más grande me dediqué al hockey, pero vine a Tucumán a estudiar a educación física, y le prometí que cuando cumpliera 30, iba a entrar a Veteranas”, detalló López Ramírez. Dicho y hecho.
Llegar al equipo le permitió no solamente vivir grandes experiencias con nuevas amigas, sino compartir con su abuela y todas familia. “El mejor legado que nos dejó mi abuela es compartir el deporte, que es nuestra pasión, con amigos y familia. Ella siempre transmitió la vida sana y la amistad”, reflexionó Macarena, que jugó este año su noveno nacional, donde se encontró con su madre (representó a Salta) y sus tías (una representó a Jujuy, otra a Tucumán).
Una ardua preparación
Las integrantes de Veteranas, claro, juegan al tenis durante todo el año. Y aunque hay eventos en la provincia, o a veces fuera de ella, el gran objetivo de la temporada es meterse en el equipo que participa del Nacional, torneo que marca el cierre del año.
“Se hace un ranking para poder definir los equipos”, explicó Ana Daneri, integrante de la categoría +30 de Veteranas. Esto se debe a que los equipos para los Nacionales no pueden constar de más de ocho jugadoras (seis titulares y dos suplentes), pero el equipo tucumana cuenta con un número mayor de tenistas en cada categoría.
“Juntamos un montón de mujeres mayores de 30 años, las separamos por edades y vamos formando grupos que compiten todo el año. Así se forman los equipos que viajan al Nacional”, contó Claudia McGibbon, actual presidenta del club. “La entrenadora y la capitana van eligiendo las que quedan en el equipo de acuerdo al ranking”, aportó López Ramírez.
Casi como un Mundial
Las jugadoras de Veteranas también explicaron la dinámica del Nacional, que este año reunió a más de 700 jugadoras de todo el país en el Sport Social Club de Villa María.
“El torneo arranca con un desfile de todas las categorías, donde nos presentamos los equipos de todas las provincias. Después hay un ágape, y al otro día se empieza a competir”, contó López Ramírez.
En cuanto a lo deportivo, aseguró, tiene cierta similitud con la Copa Davis (o BJK Cup, en la rama femenina). “Se sortean los cruces primero, y de ahí se juegan las series. Se juegan a mejor de tres partidos, donde vas combinando las parejas (son todos partidos de dobles)”, dijo López Ramírez. “Hay una capitana de cada equipo. Ella decide quiénes van a entrar a la cancha de acuerdo a cómo está ese día, a los rivales y a otros factores”, agregó McGibbon.
Contrario a lo que pasa habitualmente con el tenis, que suele ser un deporte bastante solitario a nivel competitivo, estos Nacionales les permiten a las participantes ser parte de algo mayor. “Compartimos una semana las jugadoras de todas las categorías, se arma una camaradería muy linda. Es inexplicable lo que se vive”, aseguró López Ramírez.
La joven destacó el compañerismo que se traduce en apoyo en cada partido. “Se arma otra adrenalina, es muy lindo sentir el aliento de afuera. Estas competencias logran que no te sientas tan presionado ni solo; somos todas un equipo muy grande”, indicó. “Muchas jugadoras no participan pero viajan igual, para alentar y sufrir con sus compañeras”, dijo, por su parte, McGibbon.
Más que deporte
Por supuesto, aunque todas buscan el mejor resultado deportivo, no es la prioridad para las integrantes de Veteranas. “El tenis es lo que nos congrega pero no es el fin absoluto”, dijo McGibbon al respecto. ¿Cuál es, entonces, el objetivo principal de Veteranas? La respuesta es simple: formar un equipo dentro pero, sobre todo, fuera de la cancha. Un grupo de amigas, para toda la vida.
“Los entrenamientos de todo el año nos ayudan como grupo: nos conocemos, compartimos, tomamos el té, festejamos los cumpleaños. La idea de pertenecer a Veteranas va más allá de jugar al tenis. Yo, particularmente, hice grandes amigas en Veteranas, donde llevo más de 20 años. Hablo del equipo con un placer enorme, mucho cariño y dedicación”, subrayó McGibbon.
“La experiencia cada año es muy linda. No hay límite de edad en el poder compartir”, aportó, a su tiempo, López Ramírez. “El espíritu es un espíritu muy social, muy lindo”, dijo Daneri.
El tenis suele ser una disciplina bastante solitaria. Pero en Veteranas, decenas de tenistas tucumanas encontraron un lugar donde pueden disfrutar del deporte y, al mismo tiempo, de la vida. Ese equilibrio entre competir y ser feliz es lo que cualquier deportista amateur suele buscar, y que las integrantes del equipo tucumano pudieron encontrar.