16 Enero 2025
POR ETAPAS. Inicialmente se trabajaría con 300 toneladas de residuos para luego llegar a las 1.200.
Con una inversión de U$S15 millones se podrían reducir las 1.200 toneladas diarias de residuos que se recogen en el Gran San Miguel de Tucumán y convertir 300 de esas toneladas en polvo, que a su vez servirían para la fabricación de ladrillos.
Así lo plantearon los directivos de la empresa Moviser SRL a las autoridades e intendentes que conforman el Consorcio Metropolitano para la Gestión de los Residuos Sólidos Urbanos (RSU). La firma tiene a su cargo la concesión de la mayoría de los servicios que se realizan en la planta de separación y clasificación de San Felipe, y de disposición final de los RSU en Overo Pozo.
“El nuevo e innovador programa es un proyecto que puede cambiar el manejo de residuos en el área metropolitana del Gran San Miguel de Tucumán y de la región”, introduce el escrito elevado a la titular del Consorcio, María Eugenia Andrade.
A su vez, define los propósitos y sus etapas. El objetivo sería reducir el impacto ambiental generado por los residuos no recuperables, acelerando el proceso de descomposición en un ambiente controlado. En un primer momento, se trabajaría sobre 300 toneladas diarias de basura -de un total de 1.200- para reducirlas a forma de polvo, que puede ser utilizado para la fabricación de ladrillos, según ejemplifica la empresa.
En un futuro no muy lejano -advierte- se podría tratar el total de residuos ingresados a San Felipe. Luego, la segunda etapa consiste en el tratamiento de gases y vapores, cuyo destino será la producción de energía reutilizable en forma de gas natural comprimido que podrá ser comercializado.
FUTURO. La segunda etapa consiste en el tratamiento de gases y vapores, cuyo destino será la producción de energía reutilizable en forma de gas natural comprimido que podrá ser comercializado.
La firma con sede en Yerba Buena elaboró un master plan que abarca el diseño, la fabricación, el traslado, el montaje y la puesta en marcha de la prometedora planta, que consta de fosa receptora de RSU, transporte de los mismos, procesadora, piping de envío de polvo, cámaras de almacenamiento, tanque de filtrado de gases, entre otros.
En el detalle sobre los costos, Moviser SRL indica que la propuesta para los residuos procesados dentro de la planta de San Felipe es de U$S50 por tonelada por todo concepto (sin costos adicionales para el Consorcio), partiendo de que -hasta diciembre de 2024- el precio de la tonelada facturada desde San Felipe al sitio de disposición final era de U$S42,15.
La principal utilidad de la planta procesadora tiene que ver con lo ambiental. Según se explica, con ella se reducirá la cantidad de residuos, lo que ayudará a evitar la contaminación del suelo, del agua y del aire, disminuyendo el riesgo de enfermedades relacionadas.
“Además, se producirán beneficios sociales tales como la generación de nuevos puestos de trabajo y la posibilidad de educar sobre la conciencia ambiental: la planta podrá servir como un centro de educación y conciencia ambiental para la comunidad local”, añade la propuesta.
Por último, se invita al Consorcio a coordinar una visita para comprobar el funcionamiento del proyecto y despejar dudas, y se mencionan una serie de ventajas. De eficiencia energética, generando energía a partir de residuos; y de sostenibilidad, promoviendo la reutilización y el reciclado de materiales.
Se alude al beneficio económico por la comercialización de un porcentaje de los productos generados en el proceso; y al operativo, tras la reducción de la cantidad de RSU que prolongará la vida útil de la planta de Overo Pozo.
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