Estrenan “La culpa de Abel”, una historia de secuestros

Hoy desde las 21.30, en La Sodería, se podrá ver la premiere de la película. Rodada en el Campo de Piedra Pómez (Catamarca), el salar de Jujuy y la yunga tucumana. Giribaldi fue encontrado en el Pozo de Vargas.

ESTRENO ABSOLUTO. Una escena del documental “La culpa de Abel”, rodado en Catamarca. ESTRENO ABSOLUTO. Una escena del documental “La culpa de Abel”, rodado en Catamarca.
Jorge Figueroa
Por Jorge Figueroa 16 Enero 2025

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Osvaldo Giribaldi había nacido en Santiago del Estero, estudió en la Facultad de Agronomía de la UNT y trabajaba en el Ingenio Ledesma. Fue secuestrado el 1 de junio de 1976, en El Talar (Jujuy), y después de 40 años, sus restos fueron encontrados en el Pozo de Vargas.

El documental “La culpa de Abel” parte de esta historia para visibilizar la desaparición del militante del PRT, su secuestro, con recreaciones ficcionalizadas y testimonios, que se realizaron en distintas locaciones, como en el Campo de Piedra Pómez, en Catamarca, en la yunga tucumana y en el salar de Jujuy.

Pero esa historia origen que subyace, tiene otra, que es la de la esposa de Giribaldi, Marta, que intentó ser secuestrada en El Cadillal con dos de sus hijos chicos y otro que llevaba en el vientre materno.

En rigor, en estas dos historias hay un hilo que las une, que es la hija que nació sin conocer a su padre, y que cuando recibió la identificación realizó en La Sodería una ceremonia por la que con la alegría también se reivindicaba los ideales de una generación, el rezo baile que es común entre los santiagueños; una celebración.

La película es una producción ítalo- argentina que cuenta con la dirección de fotografía del cineasta italiano Duccio Brunetti (“La Prima Onda: Milano al tempo del Covid-19”), la producción ejecutiva de la tucumana María Constanza González, la investigación histórica de Jacopo Merlini, y los actores Roxana Giribaldi, Rafael Segovia, Luciana Guiot y César Romero, se estrenará esta noche a las 21.30 en La Sodería Casa de Teatro, en Juan Posse 1.141.

En el documental están incorporados los testimonios de familiares de Bonifacio Arias, Ana María Sosa, Dardo Molina, Santiago Omar Vicente, Fortunato Leandro Fote, de la familia Rondoletto y de Osvaldo Giribaldi. Precisamente en la entrevista de ayer estuvo Andrea Vicente, quien contó la situación de su padre, que fue secuestrado en el Operativo Independencia, y apareció luego en el Pozo de Vargas. “Era de Santiago del Estero, fui una presa política y pasé parte de mi infancia en la cárcel de Villa Urquiza, junto a mi madre (Graciela Achín) y mi hermana Viviana, que en ese entonces era bebé”.

Sobrevivientes

Duccio Brunetti vive en Florencia y es un documentalista que ha trabajado hasta en Camboya. “Desde hace siete años con Merlini estamos trabajando en la información del caso y en diferentes viajes estuvimos impactados con la existencia de ese pozo”, le contó a LA GACETA, agregando que en las visitas a Jujuy, Catamarca y esta provincia ha rodado la reconstrucción de escenas, un modo de construir la propia memoria. “Trata sobre los sobrevivientes de lo que pasó aquí”, asegura en una aproximada definición.

Un año después del primer encuentro, y en el mismo bar de barrio Sur, LA GACETA se reúne con parte del equipo pero para anunciar el estreno de lo que entonces era un proyecto. Ya no existe la cicatriz que se hizo el bailarín Segovia cuando trabajó con un catre en la oscura sala de Villa 9 de Julio, mientras se filmaba una escena de tortura con César Romero.

En El Cadillal

El documental comienza en El Cadillal cuando los represores secuestran a la esposa de Giribaldi, y por un derrumbe tienen que desviar su fuga; el secuestro se frustra finalmente pero a cambio de un par de terrenos que el padre de Marta entrega a los represores.

Su hija, que entonces estaba el vientre, relata: “mamá estaba embarazada de mí, y tenía otros dos chicos, mis hermanos mayores. Un día llegaron a la casa de mi abuelo en El Cadillal y con violencia la secuestraron a mi mamá, la vendan y se la llevan”, dice Roxana Giribaldi, mientras la cámara de otro video la muestra trazando huellas en esa tierra que se confunde con el cielo tan iluminado; que tal vez sea en la misma salina. “Gran parte de mi vida ha sido en silencio, pero entiendo que el arte transforma ese dolor en mensaje, es como una herramienta y yo soy como una doble sobreviviente. Para mantener la memoria, sobre todo en estos momentos cuando el fascismo está amenazando”, dice Rosana Giribaldi.

Durante la conversación de ayer el cineasta asegura que la música (Marzio Benelli y Claudia Bombardella) también habla: “es sutil pero contundente”. Y aporta que la hija lee una carta real que le dirigió a ella (aún sin nacer).

- ¿Qué te llevó a venir a Tucumán y encarar este proyecto?

- El Pozo de Vargas. Me habían contado hace algunos años, y me sorprendió que no hubiera un documental sobre él, cuando tanta gente había sido arrojada ahí. Así comencé la investigación y el proyecto. Escuchamos atentamente las explicaciones de Ruy Zurita, del equipo de arqueología forense.

- Hace un año era un proyecto, hoy, una realidad...

- Sí, todo este tiempo consulté a otros productores de allá (Italia) y me sugerían y pedían que ficcionalice más....y en verdad nosotros ya teníamos hechas estas recreaciones desde el año pasado, pero no estaba seguro de su incorporación.

Sinopsis

En la sinopsis del documental, se cuenta que en el noroeste de Argentina se descubre en 2002 un pozo de agua cercano a la construcción de ferrocarril, en la ciudad de Tafí Viejo, Tucumán. Dicho pozo, deliberadamente escondido entre escombros y tierra, es la fosa común más grande descubierta en Argentina hasta la fecha. Las excavaciones sacan a la luz los restos de personas arrojadas al pozo ya desde un año antes de la dictadura militar argentina del marzo 1976. Gracias al trabajo de arqueólogos forenses se identificaron 120 víctimas del terrorismo de estado.

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