La “pesadilla americana” que padecen los colombianos deportados

Tanto Trump como Petro reclaman la victoria en la pulseada por el regreso de los migrantes. Tras horas de tensión, los repatriados llegaron en aviones colombianos y no esposados.

PERIPLO. Unos 200 nacionales de Colombia regresaron en dos aviones militares de su país.  afp PERIPLO. Unos 200 nacionales de Colombia regresaron en dos aviones militares de su país. afp
29 Enero 2025

BOGOTÁ, Colombia.- Dos aviones militares colombianos llegaron a Bogotá con unos 200 migrantes deportados por Estados Unidos, algunos de los cuales denunciaron una “pesadilla americana” por las condiciones del programa de expulsiones de Donald Trump.

El presidente colombiano, Gustavo Petro, se negó el domingo a permitir el aterrizaje de vuelos militares estadounidenses con deportados y exigió a Trump condiciones “dignas” como no esposar a los repatriados, lo que desencadenó una efímera crisis diplomática con amenazas arancelarias.

Tras horas de tensión, Bogotá cerró la disputa y envió el lunes dos aeronaves oficiales con destino a las ciudades estadounidenses de San Diego y Houston. “Son colombianos, son libres y dignos y están en su patria donde se les quiere. El migrante no es un delincuente, es un ser humano que quiere trabajar y progresar, vivir la vida”, escribió Petro en X al confirmar el regreso de los aviones.

Imágenes en el aeropuerto El Dorado de Bogotá mostraron a los deportados -entre ellos varios menores de edad- saliendo del área internacional de la terminal portando mascarillas. En el interior de los aviones no llevaban ningún tipo de grillete, según fotografías difundidas por el gobierno.

“No es un sueño, es una pesadilla americana. No sabíamos si era de día o si era de noche, peor que un preso. La comida que daban la daban dañada”, contó ya en Bogotá el migrante Carlos Gómez a periodistas.

Desprovisto de cualquier pertenencia e incluso los cordones en sus zapatos, el hombre denunció que él y su hijo de 17 años, que migraron hace dos semanas, fueron esposados mientras eran llevados a uno de los vuelos iniciales rechazados por Petro. “’Papi, me duele’, me lloraba”, añadió. “A mí no me hicieron maltrato de palabras porque preferí ir mejor calladito y a una esquina (...). Nada más el trato que estábamos en la celda y nos tiraban la comida en el piso”, completó.

Otros de los repatriados en los dos vuelos oficiales, que transportaron 101 y 91 personas respectivamente, también criticaron los tratos a los que fueron sometidos durante su detención. “Entiendo que entramos de manera ilegal a Estados Unidos. Pero el trato fue algo precario. Nos quitaron las pertenencias”, explicó a Caracol Radio Daniel, otro migrante que pagó más de 5.000 dólares a coyotes para llegar a territorio estadounidense. “Veníamos desde San Diego (...) esposados y con unas cadenas a la cadera, como si fuéramos unos delincuentes de alta gama. ¿Cómo es que siendo colombianos no nos dejan aterrizar en Colombia?”, denunció.

Ante la llegada de estos deportados, el gobierno colombiano anunció también un “plan de crédito accesible para apoyar su reintegración productiva”. “Estructuramos plan de crédito productivo, asociativo y barato para el migrante”, dijo Petro en X.

El incidente del fin de semana es el primer choque de Petro con Trump, quien asumió la presidencia el 20 de enero con promesas de mano dura contra la migración irregular. El republicano reclamó la victoria, diciendo a congresistas republicanos en Miami que “Estados Unidos es respetado de nuevo”.

En medio de la crisis, Trump había anunciado altos aranceles a las importaciones de Colombia y la embajada estadounidense en Bogotá suspendió la expedición de visas, asegurando que una vez los deportados regresaran a Colombia se levantarían las medidas. En represalia, Petro emitió sanciones similares contra Estados Unidos, su principal socio comercial, cuyas fuerzas militares cooperan desde hace décadas en la lucha contra las guerrillas y los carteles del narcotráfico.

Las amenazas de Trump de deportar a miles de personas lo enfrentan con los gobiernos de América Latina, de donde se estima son la mayoría de los 11 millones de indocumentados en Estados Unidos. El gobierno de Brasil convocó al encargado de negocios de la embajada de Estados Unidos para pedir explicaciones sobre el trato “denigrante” a deportados que llegaron a Brasil.

Al sur de la frontera

México recibió a unos 4.000 migrantes deportados, en su mayoría mexicanos, en la primera semana de gobierno de Trump en Estados Unidos, informó la presidenta Claudia Sheinbaum. La mandataria explicó que esos números están en el registro habitual de nacionales expulsados desde el país vecino. “Del 20 al 26 de enero se han recibido 4.094 personas, la gran mayoría de ellas mexicanas (...). Hasta ahora no ha habido un incremento sustantivo”, dijo la mandataria en su conferencia de prensa matutina.

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