

“Martu”, como era conocida en Orán, era muy activa en redes sociales. Publicaba y exhibía artículos y prendas de alto valor. Pocas horas antes de su arresto, compartió un posteo anunciando que se dirigía al aeropuerto de Salta, aunque el viaje nunca se concretó.
A sus 23 años, la joven madre de dos niñas —una de ellas presente al momento de su arresto— llevaba una vida de aparente éxito empresarial con su tienda de ropa y carteras. Hija de un reconocido empresario del sector cárnico en Aguas Blancas, Salta, había alcanzado la corona de Miss Orán y soñaba con competir en Miss Universo. Su imagen de glamour y ostentación no solo le abría puertas en el mundo de la moda, sino que también servía como una cortina de humo para encubrir el funcionamiento de la red narco que operaba en las sombras.
Defensas sin sustento
Durante la audiencia, las defensas intentaron minimizar la participación de algunos acusados. Solicitaron el arresto domiciliario para Cuenca y Oliva, alegando un rol secundario en la organización. Sin embargo, la fiscalía rechazó estos planteos con pruebas contundentes sobre su participación activa en los traslados.
La jueza Giménez reforzó la decisión de mantener la prisión preventiva, subrayando la gravedad del caso y la obligación del Estado de combatir el narcotráfico, de acuerdo con tratados internacionales.
Con la organización desmantelada y las pruebas en manos de la Justicia, la investigación ahora se centra en posibles ramificaciones del negocio ilícito y en el destino final del dinero obtenido por la venta de la droga. Entretanto, los acusados permanecerán tras las rejas.