

El debut de Tarucas en el Súper Rugby Américas era una fiesta total. Las tribunas vibraban con cada try y la alegría se extendía en cada rincón de la cancha de Lawn Tennis. Sin embargo, cuando faltaban apenas once minutos para el final, la naturaleza decidió cambiar el guion. Un relámpago iluminó el cielo tucumano, seguido de un estruendo que hizo temblar hasta las tribunas. De inmediato, el árbitro Damián Schneider levantó los brazos, hizo sonar su silbato y ordenó la suspensión del partido.
Mientras los jugadores de Tarucas y Cobras XV corrían a los vestuarios, en las tribunas y alrededores se desató una marea humana en busca de refugio. Algunos se resguardaron bajo carpas y árboles, mientras que otros, atrapados por la tormenta, corrieron a sus autos o improvisaron paraguas con lo que tenían a mano. De esa manera, la carpa de prensa, inicialmente destinada a los periodistas, terminó abarrotada de hinchas empapados, entre ellos padres con niños en brazos y hasta bebés en cochecitos, esperando en vano que la lluvia amainara.
“¿Ustedes qué esperan para irse?”, preguntó con incredulidad Marcela Castellote, una fanática que no dejaba de mandar mensajes a sus familiares para avisarles que estaba a salvo. “Vine porque soy hincha de Lawn Tennis, pero jamás pensé que se iba a largar de esta manera”, agregó, aún sorprendida por la intensidad del temporal. A su lado, otra tucumana bromeó para aliviar la tensión. “Es una locura cómo se puso todo. Encima, la entrada la hicieron por otro lado... Si no se hubiera largado tan fuerte, te juro que me volvía caminando a la casa de mi suegra”, dijo entre risas.
El anuncio oficial de la organización
Mientras tanto, la organización oficializó lo inevitable: el partido no se reanudaría y Tarucas se quedaba con el triunfo. Poco a poco, los hinchas emprendieron la retirada bajo la lluvia, todavía emocionados por el debut de la franquicia del NOA. En tanto, los jugadores, exultantes por la victoria, se acercaron a la carpa de prensa -que minutos antes había sido un refugio improvisado- para compartir sus sensaciones con los medios.
El festejo no fue completo, pero quedó claro que Tarucas había llegado para hacer historia. Y ni siquiera una tormenta feroz pudo opacar su debut en la élite del rugby continental.