Hinchas de Atlético Tucumán y Talleres, unidos por la pasión y la amistad: "Tenemos buena relación"

El fútbol muchas veces fue tildado de dividir pasiones, aunque hay que decir que también es capaz de unir a personas a través de la camaradería y el respeto mutuo. Así lo demostraron los hinchas de Talleres y Atlético Tucumán en la previa del partido disputado en el Mario Alberto Kempes, cuando compartieron un asado en el barrio Pueblo Colón antes de alentar a sus equipos.

Desde Tucumán viajaron Isaías Rodríguez, “Maxi”, Leandro y Juan Pablo, quienes llegaron a Córdoba con el sueño de ver al “Decano” llevarse un triunfo. Fueron recibidos por simpatizantes de Talleres, quienes abrieron las puertas de su barrio y su casa para compartir un almuerzo futbolero. “Ya nos conocíamos de antes, tenemos buena relación. La última vez nos habían recibido muy bien y ahora volvimos a compartir. Esto es fútbol; obviamente hay chicanas de amigos, pero todo con respeto. En la cancha cada uno alienta a su equipo”, expresó Isaías, quien incluso se animó a presenciar el partido “infiltrado” en el Kempes.

La jornada transcurrió entre anécdotas, bromas y una gran parrillada que se financió “a medias” entre ambas parcialidades. “Siempre tenemos la mejor predisposición; son amigos y la verdad es que compartimos una excelente tarde”, aseguró “Maxi” Ponce, hincha de Talleres y anfitrión de la reunión. “Nos conocimos por amigos en común y desde entonces nos escribimos cada vez que juegan los equipos. La primera vez que vinieron fue el año pasado y fue una experiencia genial. Ahora, como el partido fue de noche, tuvimos más tiempo para ‘vaciar’ (sic)”, agregó con su tonada inconfundible haciendo referencia al brindis.

El sacrificio por el fútbol no es menor. Los hinchas de Atlético emprendieron su viaje el sábado a última hora y debieron regresar inmediatamente después del partido ya que el lunes los esperaba la jornada laboral. “Siempre hacemos este esfuerzo. Yo tengo buena relación con mi jefe y él sabe que cuando juega Atlético me tiene que hacer el aguante. No falto nunca al trabajo; no voy al dentista ni al médico y hasta fui a trabajar quebrado. Sólo pido que me deje ir a ver a Atlético”, comentó Rodríguez.

El encuentro entre hinchas de Talleres y Atlético no sólo dejó una gran jornada de camaradería, sino que también reflejó la pasión que los fanáticos sienten por sus colores. “Viajamos siempre que podemos; es un sacrificio grande pero lo hacemos con gusto. Hemos estado en Mendoza, Santa Fe, Buenos Aires, y cuando jugamos la Copa Libertadores viajamos a Bolivia, Uruguay, Paraguay y Brasil”, contó Rodríguez, quien lleva años acompañando al “Decano”.

La esperanza de los hinchas de Atlético Tucumán con la llegada de Lucas Pusineri

Sobre el presente del equipo, Rodríguez se mostró esperanzado con la vuelta de Lucas Pusineri. “Soy feliz yendo a la cancha y no voy por resultados. Obviamente si ganamos mejor, pero lo que me mueve es la pasión”, aseguró.

Por su parte, Ponce analizó el presente de Talleres y la creciente rivalidad con otros clubes cordobeses. “Ahora hay tres equipos en Primera, pero creo que el único que compite es Talleres. Los demás participan. Es lo que pasa en Tucumán también: uno juega Copa Libertadores y el otro está en la Primera Nacional. No es lo mismo competir que participar”.

Otro punto importante en estos viajes es la responsabilidad. Los hinchas tucumanos, que emprendieron el regreso a casa apenas finalizado el partido, destacaron la importancia de tener un conductor designado. “El que maneja no toma, eso lo tenemos bien en claro. Vamos rotando en cada viaje, pero siempre somos responsables. Son muchas horas de viaje y hay que estar atentos”, explicó Rodríguez.

Cuando el partido terminó, hubo saludos y deseos plagados de buena onda para lo que se viene. “Quedamos en devolver la atención y la gentileza cuando ambos equipos se enfrenten en Tucumán. Nos veremos pronto y volveremos a compartir un asado. Es así”, se prometieron los protagonistas.

De esta manera, en una jornada en la que reinó el fútbol, la rivalidad se quedó únicamente en la cancha; el respeto entre los fanáticos fue el verdadero ganador del día.