“Creí que el deseo iba a morir en la menopausia, pero no fue así”

Existen mitos sobre la sexualidad en esta etapa de la vida, pero hay maneras de transitarla de forma más plena.

VIDA SANA. La salud sexual debe ser también motivo de consulta durante los chequeos médicos anuales. VIDA SANA. La salud sexual debe ser también motivo de consulta durante los chequeos médicos anuales.

¿Durante la menopausia y después de ella, la mujer ya no tiene más deseo sexual? Mito. Así lo indican los profesionales médicos dedicados a la ginecología y la sexualidad, que no dejan de intentar desterrar esta creencia que se dice y se repite tantas veces, que ha generado dudas hasta en las propias mujeres.

“Una suele pensar que conoce todo lo que nos ocurre cuando llega la menospausia. Sin embargo conocemos poco, especialmente en lo que nos pasa sexualmente”, confiesa Blanca Ruiz, ama de casa de 59 años.

“En mi cabeza y en el de muchas de mis amigas, el sexo iba a morir con nuestra última menstruación. Pero no fue así. Aunque sí llegaron otros inconvenientes que no esperábamos y para lo que no nos educaron”, revela.

Es que aunque los cambios hormonales sí pueden afectar la respuesta sexual, especialistas destacan que la clave para transitar este período de manera saludable, radica en el acceso a información, y la atención médica adecuada.

Definiciones

La menopausia es una etapa natural en la vida de las mujeres que se produce por un descenso en los niveles hormonales, lo que genera múltiples efectos en el cuerpo femenino. Suele ocurrir entre los 45 y 55 años, con una media de 51 años.

“Las hormonas nos protegen a nivel cardíaco, de la piel, del pelo y de las mucosas, incluida la vaginal. Al disminuir, se presentan cambios físicos como sofocones, insomnio, irritabilidad y, en el ámbito sexual, sequedad vaginal y atrofia de las mucosas”, explica Susana Sitjes, tocoginecóloga.

Esta sequedad vaginal puede provocar molestias y dolor durante las relaciones sexuales, lo que lleva a muchas mujeres a experimentar una disminución en su deseo sexual.

Estudios indican que aproximadamente que el 45% de las mujeres experimentan este síntoma, aunque el porcentaje que puede aumentar hasta el 80% después de cinco años

“Al no haber suficiente lubricación, la penetración se vuelve dolorosa, lo que genera incomodidad y puede afectar la intimidad. Además, la disminución hormonal también impacta en la libido, otro síntoma común en la menopausia”, detalla Sitjes.

Para contrarrestar estos efectos, la ginecóloga recomienda controles médicos periódicos, el uso de lubricantes específicos y, en algunos casos, tratamientos hormonales personalizados.

Obstáculos

Una de los principales dificultades para vivir una sexualidad plena en la menopausia es dejar de lado el peso de los estereotipos culturales. Así lo considera Amelia Padilla del Sueldo, médica y sexóloga.

“Muchos creen que, cuando termina la etapa reproductiva, la mujer pierde junto con ella su deseo sexual. Esto está más relacionado con una construcción cultural que con una realidad biológica”, señala.

Según la especialista el sólo observar mujeres jóvenes y esbeltas como único modelo de belleza, incide negativamente en la autoestima de muchas mujeres sobre todo en ese momento de la vida.

Esto ocurre debido a que la disminución de estrógenos provoca alteraciones en la piel, el cabello y el peso, lo que puede influir negativamente en la percepción del cuerpo.

Por eso las profesionales de la salud, también recomiendan consultar a psicólogos o terapeutas especializados en menopausia para ayudar a transitar la etapa con mayor seguridad y aceptación.

“Incluso la educación sexual integral (algo mucho más actual) se enfoca en la adolescencia, pero no habla del climaterio ni de la menopausia, lo que genera desconocimiento y tabúes sobre la sexualidad en esta etapa”, reflexiona Padilla Del Sueldo.

Soluciones

Si desde que nacemos hasta nuestra vejez es importante acomodar nuestros hábitos con el objetivo de estar sanos y mantener una buena calidad de vida, durante la menospausia se vuelve crucial intensificar los cuidados.

Padilla del Sueldo resalta que las mujeres que llevan un estilo de vida saludable, con una alimentación equilibrada, actividad física y un círculo social activo, suelen transitar esta época de manera más positiva.

“Si la mujer siempre prestó atención a sus cambios corporales, lleva una vida sana, duerme las horas necesarias, hace deportes, y tiene un grupo de pares con las que pueda socializar, no evitará tener las alteraciones que pueden provocar los famosos sofocos y la tuforadas o el síndrome urogenital de la menopausia, pero si podrá pasar por ellos de una manera más segura y aplomada”, ejemplifica la médica.

En cambio, aquellas mujeres que no entienden qué les pasa, ni por qué tiene marcados cambios de humor e intolerancia ante situaciones que antes no se manifestaba abiertamente, podría recorrer este ciclo con más inestabilidad.

En cuanto a los tratamientos, en tanto, la especialista menciona que en la actualidad existen diversas estrategias según las necesidades de cada una de las consultantes.

“Algunas pueden optar por la terapia de reemplazo hormonal, mientras que otras prefieren isoflavonas o estrógenos locales. Lo más importante es que la mujer tenga acceso a consultas médicas donde pueda expresar sus inquietudes, entender qué le sucede y encontrar soluciones a su medida”, destaca.

Lo importante es saber que l deseo no desaparece, sino que puede transformarse. “Incluso muchas mujeres se vuelven más exigentes en el sexo, buscan encuentros placenteros con mayor sensualidad y erotismo, sin prisas ni presiones”, explica la sexóloga para finalizar.

A su vez, el 70% de las mujeres posmenopáusicas aseguran que su vida sexual mejoró o se mantuvo constante cuando recibieron tratamiento para los síntomas por lo que lejos de significar el fin de la sexualidad, la menopausia puede ser una oportunidad para que las mujeres exploren nuevas formas de placer y se conecten con su deseo de una manera diferente.

Sin desinformación, un enfoque integral y el apoyo de profesionales, esta etapa puede vivirse con plenitud, derribando prejuicios y promoviendo el bienestar físico y emocional.

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