
La interacción con la inteligencia artificial (IA) se volvió habitual para muchas personas, quienes la usan para resolver problemas, resumir textos o pedirle consejos, entre muchas otras tareas y funciones. Al tratarse de un programa alimentado con información de internet y el contacto con el usuario, se puede pensar que sólo se le hacen preguntas y pedidos, y nada más. Sin embargo, un estudio realizado por TeachReader, una consultora especializada en tecnología, reveló que más de la mitad de los que usan la IA se dirigen a ella de manera educada y cortés, como si se tratase de una persona real.
La revelación del estudio
En la realización del informe intervinieron 1.000 personas de los Estados Unidos y el Reino Unido que utilizan frecuentemente inteligencia artificial para sus actividades. Al consultarles por su comportamiento con la herramienta, el 71% de los encuestados británicos y el 67% de los estadounidenses manifestaron que se dirigían a ella de forma amigable y respetuosa. En los Estados Unidos, el 82% de ese 67% afirmó que era cortés con la IA por una cuestión de educación básica donde no importaba si se estaba hablando con una persona o con un robot. El 18% restante expresó una razón de conveniencia: refirió que era amable con el chat por miedo a una rebelión de máquinas en el futuro.
En el caso del Reino Unido, el 83% de los encuestados dijo ser cortés porque es lo correcto, como decir "por favor" y "gracias". El 17% dijo ser educado “por si acaso”, ante un temor ante lo desconocido y lo que podría suceder eventualmente con una revolución de la tecnología contra la humanidad. El 30% restante del total de los encuestados de ambos países dijo no sentir la necesidad de ser amable o educado con la IA, debido a que “es un programa sin emociones ni la capacidad de reconocer la cortesía, por lo que no tiene sentido tratarla como si fuera humano”.
Una de las razones que pueden explicar el aumento de amabilidad en el trato e interacción con la IA es el realismo de los chats. Un ejemplo de ello es ChatGPT. Este asistente virtual experimentó un crecimiento exponencial: en menos de un año y medio pasó de los 100 millones a los 500 millones de usuarios actuales. Este aumento en la cantidad de perfiles registrados hizo que el algoritmo del chat aprendiera mucho más sobre los humanos y adoptara hábitos propios de las personas, entre ellos, la cortesía, lo que provocó que tuviera un comportamiento más gentil.