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Roberto Albornoz es un apasionado por la historia de San Martín. Tiene 62 años como socio activo y dedicó gran parte de su vida a la búsqueda de información del club. En su casa tiene un pequeño archivo en el que guarda miles de recortes y carpetas con resultados sobre los diferentes campeonatos que disputó el “Santo” a lo largo de la historia.
Según las recopilaciones de Albornoz, que donó al archivo de LA GACETA, de la Copa de la República de 1944 participaron 43 equipos de todo el país. Los del Metropolitano clasificaron por medio de la Copa Británica, un torneo que ofrecía cupos a los cuatro semifinalistas. En esa ocasión fueron Platense, Boca, Huracán y Newell's.
El historiador tiene un gran arraigo con aquella conquista del “Santo” por la presencia de Ramón Espilosín, su padre que había decidido cambiar su identidad para vestir la “rojiblanca” (su nombre real era Miguel Albornoz). Ese contacto hizo que Roberto pudiera conocer varias intimidades y, sobre todo, sepa cómo se fue construyendo aquel equipo que se consagró campeón nacional.
“Varios de los jugadores habían subido desde la Quinta, mientras otros como Comán y ‘Lirio’ Díaz ya eran referentes del equipo. El arquero Eduardo Larrosa había llegado ese año, y también había otros como Mario Acosta, que había venido de Santiago del Estero”, recordó.
Albornoz, incluso, conoce los apodos de cada uno de los jugadores que disputó la final contra Newell’s.
“Martín Blasco era el ‘Mariscal’ y (Carlos Enrique) Lacroix era conocido como ‘Moto’ porque le faltaba un dedo. Ambos eran la dupla de centrales. En el medio, estaba Ernesto ‘Comegente’ Figueroa, que era llamado así por la intensa marca que tenía. Lo acompañaban el santiagueño Mario Acosta y Ángel ‘Gaucho’ Aguilar. Mientras que el ataque estaba conformado por Ricardo “Bollero” Juárez, porque vendía bollos en su casa, Víctor “Petiso” Brandán, Elivio ‘Chupetín’ Gramajo y José ‘Lirio’ Díaz, que todos pensaban que se llamaba Lirio, pero ese era su apodo. También estaba Mariano Comán, más conocido como el ‘Gran Capitán’”, detalló sobre el “11” que se consagró campeón.
En 2013, después de la oficialización del título, Albornoz realizó una cena para agasajar a todos los familiares de los integrantes de aquel equipo. “Espero que podamos repetir un evento similar este año”, dijo.
El primer extranjero
Eduardo Larrosa fue el primer extranjero en vestir la camiseta de San Martín. Por aquel entonces, el fútbol uruguayo era una potencia a nivel nacional: habían salido bicampeones olímpicos en 1924 y en 1928, y habían ganado el Mundial de 1930. Estas conquistas valorizaron a los futbolistas uruguayos dentro del continente. Por aquellos años, el arquero era una de las grandes revelaciones de la liga uruguaya: había debutado en River de Uruguay y había jugado un partido con la selección de su país.
“Mi papá estaba a punto de viajar a Colombia junto con un compañero del club para jugar allá; pero, unas horas antes del vuelo, su amigo tuvo un inconveniente familiar y no embarcaron en el vuelo. Justo apareció Carlos Barthaburu, que era el presidente de San Martín, y le ofreció la posibilidad de venir a jugar a Tucumán. Así fue como se instaló en la provincia”, cuenta Eduardo, hijo del arquero. Larrosa, de este modo, llegó al “Santo” y no tardó en hacerse el dueño de los tres palos.
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