06 Marzo 2025
Polémica por el voto de la delegación argentina. Archivo.
El Gobierno confirmó su alineamiento con Estados Unidos e Israel en el escenario internacional, al rechazar en la Asamblea General de las Naciones Unidas la declaración del 28 de enero como “Día Internacional de Coexistencia Pacífica”. De esta forma, fueron los únicos tres países que votaron en contra de la resolución respaldada por 162 estados miembro.
La votación se realizó este martes sobre una propuesta impulsada por el reino de Bahréin, que venía trabajándose desde finales de enero. El resultado final fue de 162 apoyos, dos abstenciones (Paraguay y Perú) y tres rechazos (Argentina, Estados Unidos e Israel).
Las posturas en contra se justificaron bajo el rechazo a la Agenda 2030, que incluye el ambientalismo, y políticas progresistas y contrarias al liberalismo económico. Por su parte, Edward Heartney, representante estadounidense, manifestó que “promueve un programa de gobernanza global blanda que es incompatible con la soberanía de los Estados Unidos”.
La Pantalla de votación de la ONU. Imagen extraída de Infobae.
Asimismo, expresó su preocupación "por la posibilidad de que la referencia que da título a la resolución", que alude a la coexistencia pacífica, "pudiera ser utilizada para dar a entender que las Naciones Unidas respaldan los cinco principios de coexistencia pacífica de China".
En la misma línea se posicionó Francisco Tropepi, representante argentino ante la ONU, quien indicó que “la Agenda 2030 está compuesta por aspiraciones jurídicas no vinculantes que cada Estado tiene derecho a interpretar con libertad”.
Uno de los artículos objeto de cuestionamiento reitera el compromiso con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, destacando que "implica un compromiso para fomentar sociedades pacíficas e inclusivas en pro del desarrollo sostenible, garantizar el acceso a la justicia para todos y construir instituciones eficaces e inclusivas a todos los niveles, que sean responsables ante la sociedad".
El voto argentino reafirmó el alineamiento con Trump y Benjamin Netanyahu que ya había expresado el 24 de febrero, cuando la administración libertaria cambió su posición internacional y se abstuvo de respaldar una resolución de la ONU que le exigía a Rusia retirar todas sus fuerzas militares de Ucrania.
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