¿Ahora qué hacemos?
Estoy viendo las imágenes de una ciudad devastada por la intensidad de una tormenta que en 4 horas arrojó 300 ml de agua, causando seis muertos y cuantiosos daños materiales, en hospitales, viviendas, puentes, rutas, etc. etc. De ahí mí pregunta “¿Ahora qué hacemos?” ¡Cuando el Sr. Milei en su discurso de apertura de las sesiones en el Congreso de la Nación dijo riéndose que no hizo ni va a hacer obra pública! El ministro “transformador” declaró que la Ley nacional de Obras Públicas está para “beneficiar a las empresas constructoras, haciendo hincapié en la obligación de la inscripción de las mismas en registros de constructores que solo servía para que los empresarios se ‘repartan las obras’ “. Al día de la fecha ninguna Cámara, ni la de Tucumán ni la nacional hizo una sola declaración; a mí en particular no me sorprende. ¿Se imaginan si en Tucumán (Dios quiera que no) cayera la misma o la mitad de agua que en Bahía Blanca? Todos los “emprendimientos inmobiliarios” que están en el piedemonte del Aconquija irían a parar en la plaza independencia! No existe posibilidad alguna de que en forma privada se ejecuten obras de infraestructura, viviendas, hospitales, escuelas, rutas, y tantas otras que en este bendito país hacen falta. Basta de dar por migajas lo que llaman sin ponerse colorados “gobernabilidad” a este régimen autoritario e inhumano. ¡También ahora nos enteramos que puede ser estafador!
Ángel Salvador Logusso