Nuestro país hoy por hoy está pasando por un momento difícil, donde todo el mundo se cree dueño de la verdad y se queja por todo. Creer que esto es reciente es una verdadera utopía. Creer que el Presidente con menos de 2 años en la gestión, puede solucionar la decadencia de 40 años, es como pedir peras al olmo. Creer que buscando carroña en cada movilización harán mejor nuestro país, es pensar y ofender la inteligencia del pueblo. El sentido común se perdió desde el mismo instante en que se adoctrino al ciudadano y se lo hizo con dádivas, con planes cautivos, con gente pagada para ir a marchas; usando a los pobres y haciéndoles creer que estaban bien con lo antes mencionado. El dolor de un trabajador de tener que seguir poniendo el lomo mientras otros cobran sin hacer nada, jubilados que no llegan a fin de mes, docentes que la sufren a diario, médicos a los que les faltan insumos. Varias generaciones crecieron con la dádiva y se acostumbraron a la cultura del “No trabajo” y que el Gobierno tiene la obligación de mantenerlos, y miles de extranjeros vienen en tours de salud mientras los argentinos no son bien recibidos en hospitales y deben pagar las prestaciones. No me alcanzan las palabras para describir lo que el pueblo necesita. Seguimos confiando en los buenos políticos, en los que buscan el bien común y no en los que salen a besar y abrazar en época de elecciones con sus falsas promesas y sonrisas hipócritas. “El pueblo dice basta de corruptos “; “Lo único que el mal necesita para triunfar es que los hombres buenos no hagan nada”. .
Claudio Félix Carlos Ybrahim
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