El temporal que sacudió a Tucumán el sábado último dejó varios datos para analizar. Por un lado, la sensación de impotencia entre los vecinos de las zonas afectadas, que mencionan que se trata de problemas recurrentes, que se vieron agravados por esta lluvia extraordinaria de 130 milímetros en pocas horas. Por otra parte, el análisis positivo de las autoridades, que atribuyeron a los trabajos realizados en el año y cuatro meses de mandato de la actual administración el hecho de que no hubiera víctimas fatales ni desaparecidos y que no hubiera daños mayores de infraestructura. “En las inundaciones del 2007, con 105 milímetros hubo 5.000 evacuados al desbordar los canales. A 20 años funcionaron -al límite- los canales, donde no hubo evacuados, coordinando con todas las áreas”, dijo el ministro de Desarrollo Social, Federico Masso. En tercer lugar, el experto en hidráulica Claudio Bravo advirtió que el principal desagüe de la provincia, el Canal Sur, es una estructura débil y eso está diagnosticado desde hace más de 20 años. “Sus losas y muros se rompen constantemente y requiere reformas urgentes”. En ese sentido, dijo que en 2003 se hizo un diagnóstico general sobre el sistema de desagües pluviales y que muchas obras clave siguen sin hacerse.
La debilidad del Canal Sur está patente en la rotura que ha sufrido en Camino del Perú y Mendoza y en las losas desperdigadas en varias partes, cerca de la ruta 301 y más hacia el este. En 2022 el ingeniero hidráulico Roger Paz, había advertido sobre la falta de obras de desagües pluviales y sobre el drama del Canal Sur, que presenta un déficit de conducción en casi toda su longitud. Explicó que esto se debe a un cambio en el uso del suelo piedemontano, que primero sustituyó los bosques nativos por cultivos y después esas fincas por viviendas. Sus cuencas de aporte son el río Muerto, las quebradas que bajan de las sierras de San Javier y los arroyos y ríos Tafí, Caínzo-Las Piedras y Nueva Esperanza. Paz habló de la necesidad de trabajar en la reconstrucción del Canal Yerba Buena (corre junto al camino de sirga de La Rinconada), que arroja un enorme caudal sobre el Canal Sur, y de la necesidad de construir el Canal La Rinconada, que derive agua sobre el arroyo El Manantial. Bravo también mencionó la necesidad de esta obra, así como de construir lagunas de laminación en el Canal Caínzo- Las Piedras. Ambas obras aliviarían al Canal Sur.
En cuanto al impacto del temporal del sábado, cabría preguntarse si el hecho de que no haya habido grandes daños a pesar de la intensidad de la tormenta se debe a las previsiones del plan prelluvia o a la casualidad, teniendo en cuenta que los desagües no se han hecho y que es patente la fragilidad del Canal Sur.