
“No pude dormir, tenía una bronca. Hoy nos fuimos con Romi (su esposa) a hacer senderismo, para bajar los decibeles. Fui y volví al Cristo y sigo así, como verás”, le anticipó Lucas Pusineri a LA GACETA en el día después de la derrota de Atlético Tucumán frente a Vélez, por el torneo Apertura.
A pesar de la agenda apretada (debía llevar a su madre al aeropuerto para que regrese a Buenos Aires) se tomó un tiempo para analizar el presente del “Decano” que anoche sufrió su cuarta derrota consecutiva tras caer 2-1 con Vélez. “Las pulsaciones siguen en las nubes”, confesó. “Llegué a casa a la una de la mañana y me quedé como hasta las 3 mirando los resúmenes, las situaciones del partido”, dijo. A pesar de que el equipo mostró una mejor versión- según su punto de vista-, el resultado volvió a ser adverso. “Los merecimientos no suman puntos, pero vi un esfuerzo de los jugadores. Me gustó la manera en la que salieron a jugar. Veníamos de recibir goles en los primeros minutos y eso te tira todo el planteo al tacho. Ayer no pasó, pero nos empataron rápido y otra vez no pudimos sostener la ventaja”, señaló el DT.
Esa dificultad para sostener los resultados es una de las grandes preocupaciones del cuerpo técnico. “Nos está costando. No logramos dar vuelta los partidos cuando empezamos perdiendo, y cuando nos ponemos en ventaja tampoco lo podemos mantener. Nos pasó con Central, empatamos en Rosario y enseguida lo perdimos. Es un patrón que se repite”, dice el DT; la última vez que el equipo pudo reponerse a un resultado adverso fue en agosto del año pasado, el “Decano” había comenzado 0-1 frente a Independiente Rivadavia, pero en el complemento Gianluca Ferrari marcó dos goles en seis minutos para vuelta la historia.
Regresando al presente, Atlético se convirtió también en un equipo que sufre en defensa. “Vélez nos llegó dos veces y nos hizo dos goles. Nos pasó lo contrario contra River, que nos generó muchas chances y solo nos marcó uno. Creo que hay un nerviosismo generalizado en el equipo. La derrota genera inseguridad, y cuando jugás con inseguridad, todo cuesta el doble”, analizó el entrenador.
Pusineri sabe que, en estos momentos, la confianza es clave y eso es lo único que podrá sacarlo del pozo. “Estamos trabajando desde lo individual para que cada jugador se sienta más seguro. Ayer vi un equipo mucho más competitivo que en los partidos anteriores. Si logramos sostener esa intensidad, los resultados van a llegar. Es cuestión de tiempo”, dijo esperanzado el ex técnico de Independiente.
A nivel anímico, el desafío parece ser aún mayor. “No hay otra receta que asimilar que el presente no es bueno y tratar de meter un horizonte más esperanzador. Un resultado positivo cambia el ánimo rotundamente. Se ve todo el tiempo en el fútbol argentino: equipos en crisis que ganan un partido y empiezan a levantar”, ese mismo mensaje es el que Pusineri intenta volcar a sus jugadores.
Para el DT, la clave es mantener la calma y trabajar. “Desde lo físico, los jugadores están bien, pero cuando jugás con presión, el esfuerzo se multiplica. Y si no conseguís el resultado, pesa más. Aparecen las lesiones, se hace todo cuesta arriba”, dijo defendiendo a sus futbolistas.
Los hinchas, impacientes, se hicieron sentir tras la derrota. Sin embargo, esta vez los insultos apuntaron más a los dirigentes que al plantel. “Cuando yo era futbolista y me tocaba atravesar rachas negativas, los insultos me dolían, aunque no fueran dirigidos a mí. Siempre me pareció que el rendimiento no mejora con eso. Pero la gente tiene derecho a manifestarse, porque paga una entrada y quiere ver a su equipo ganar. Nosotros tenemos que saber manejar esa presión y transformarla en energía positiva”, analizó del bullicio final, cuando Bryan Ferreyra le bajó el telón al partido y desde las cuatro tribunas alzaron la voz y mostraron su enojo contra Mario Leito, presidente de la institución.
El próximo partido por Copa Argentina podría ser un punto de inflexión. Si bien aún no tiene fecha fijada, desde la organización deslizaron dos fechas tentativas: 2 o 9 de abril. “Es un arma de doble filo, el resultado puede ser una inyección anímica o profundizar el mal momento. Pero siempre hay chances de revertir la situación. Lo importante es tomar conciencia de dónde estamos y prepararnos bien para ejecutarlo en la cancha”, dijo Pusineri. Es posible que ese duelo contra All Boys se juegue entre el duelo con Platense (después de la fecha FIFA y antes de Instituto).
Más allá del fútbol, Pusineri también atraviesa un proceso de adaptación personal en Tucumán. “Este mes costó mucho. Jugar cinco partidos, viajar, y además acomodar a mi familia acá no fue fácil. Vivimos en tres lugares distintos en poco tiempo. Es parte de este trabajo”, dijo y recordó su primer ciclo en Atlético, cuando estuvo ocho meses viviendo en soledad antes de que su familia pudiera instalarse con él. “Ahora me la jugué de entrada, vinimos todos juntos”, confesó antes de dejar un mensaje esperanzador: “mientras las matemáticas den, la ilusión sigue. En el fútbol todo es alcanzable. Hay que aferrarse a eso y trabajar para lograrlo”.
El futuro inmediato de Atlético está lleno de desafíos y bajo el lema que “no hay mal que dure 100 años” en el cuerpo técnico de Pusineri confían en que lo mejor está por venir. “¿Si estoy bien? Estoy muy contento de estar al frente de este club, soy la cabeza de todo y tanto mi cuerpo técnico como yo, estamos más fuertes fuerte que nunca, el trabajo y la dignidad nos van a sacar adelante. Apuntamos a eso”, finalizó.