REPLETO. Los bares de Recoleta fueron muy concurridos por los fanáticos argentinos. MATÍAS QUINTANA/LA GACETA
Han pasado dos años desde el Mundial y ocho meses desde la última Copa América. Sin embargo, el tiempo no ha desgastado el amor de los argentinos por la Selección. Quizás por la reciente consecución de títulos, por la identificación de los hinchas con el equipo o, incluso, porque podría ser el final de la era de Lionel Messi. Sea cual sea el motivo, los fanáticos siguen enamorados de la "Scaloneta".
La relación es tan fuerte que muchos organizaron planes para ver el partido frente a Uruguay (1-0 a favor de la "Albiceleste"), disputado en el estadio Centenario por la fecha 13 de las Eliminatorias Sudamericanas. No solo se trataba del clásico del Río de La Plata, sino también de un reencuentro con los últimos campeones del mundo.
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La marea amarilla
La jornada futbolera comenzó con el partido entre Ecuador y Venezuela. Como es sabido, la Ciudad de Buenos Aires es cosmopolita, y el fútbol refleja esta diversidad en cada bar donde haya un televisor encendido.
El hecho más curioso se vivió en Recoleta: una marea de camisetas amarillas copó la vereda frente a un local comercial ubicado en la Avenida General Las Heras al 2100. "¡Ecuador, Ecuador, Ecuador!", gritaban sin cesar los hinchas, ansiosos por ver a la "Tricolor" imponerse ante la "Vinotinto". Enner Valencia desató la locura total. El delantero del Inter de Porto Alegre anotó un doblete para el 2-1 y sembró la semilla de la felicidad entre las decenas de ecuatorianos reunidos en Buenos Aires.
FELICES. Los hinchas ecuatorianos festejaron el triunfo frente a Venezuela. MATÍAS QUINTANA/LA GACETA
Uno de los más eufóricos era Carlos Chamorro, licenciado en Comunicación Social, quien llegó a Argentina hace tres años para estudiar una maestría en Marketing Político en la Universidad del Salvador. Chamorro contó que decidió estudiar en Buenos Aires después de enamorarse de la cultura y la arquitectura de la ciudad.
"Había visitado el país unos años antes, y eso fue suficiente para decidir venir de manera definitiva. Este lunes completo mí ciclo en Argentina y regreso a Quito. Ya me recibí y siento que es el momento de volver", explicó.
Fanático de la Liga de Quito, Chamorro destacó la fuerte relación de su equipo con los jugadores argentinos. "Claudio Bieler, Edgardo 'Patón' Bauza y Hernán Barcos son ídolos de la ‘U’. ¡Cómo no quererlos si nos dieron una Libertadores en 2008!", exclamó. También mencionó que decidió ver el partido junto a una de las agrupaciones de hinchas del club ecuatoriano en Buenos Aires. "¡Todos somos ‘merengues’!", gritó.
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Una pasión sin fronteras
Cuando comenzó el partido entre Argentina y Uruguay, los bares de la zona se fueron llenando de camisetas celestes y blancas. Algunas lucían las tres estrellas, otras eran modelos retro, y no faltaron las que llevaban el nombre de Diego Maradona. Lo curioso era que no todos los que vestían la camiseta eran argentinos.
La familia colombiana Neuman llegó desde Miami para pasar sus vacaciones en Buenos Aires. Hans Neuman no tiene acento rioplatense ni el característico yeísmo, pero se define como "argentino de corazón".
"Siempre soñé con visitar Argentina porque soy fanático de la ‘Albiceleste’. Tengo sangre colombiana, pero el corazón argentino. Maradona es lo más grande que hubo. Se me cumplió el sueño de estar en este hermoso país", expresó con emoción.
RECIÉN LLEGADOS. La familia Neuman llegó ayer a Buenos Aires para pasar sus vacaciones. MATÍAS QUINTANA/LA GACETA
A medida que avanzaban los minutos, las veredas se fueron llenando de hinchas ansiosos por ver el partido. Incluso los cadetes de delivery hacían una pausa en sus obligaciones para mirar algún fragmento del duelo. Para otros, la ocasión fue una excusa para salir de la rutina en pareja.
NADIE SE QUIERE PERDER EL PARTIDO. Los cadetes pararon para ver el partido desde las ventanas de un bar de Recoleta. MATÍAS QUINTANA/LA GACETA.
Ese fue el caso de Denisse Soledad Celofer y Nerina Acuña, quienes se encontraban paradas en una vereda, concentradas en el desarrollo del partido.
"Somos madres desde hace un año y este es el primer partido que podemos salir a ver juntas en la calle. Lo estamos disfrutando al máximo porque es algo inusual", contó Nerina. "Esperamos que metan un gol para gritarlo todos juntos", agregó Denisse.
ENAMORADAS. Denisse y Nerina decidieron ver el partido paradas en una vereda. MATÍAS QUINTANA/LA GACETA
La pasión por la Selección se respira en cada rincón de Buenos Aires, y los hinchas sueñan con la posibilidad del bicampeonato mundial. ¿Se logrará? El futuro es incierto, pero para la "Scaloneta", todo es posible.





















