Imputan al dueño de una constructora por no entregar las obras a sus clientes

Rubén Zamora, propietario de la empresa Dicosa y quien estaba prófugo en Brasil, estará dos meses con preventiva.

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EXTRADICIÓN. Rubén Eduardo Zamora fue capturado en Tubarão, Brasil. EXTRADICIÓN. Rubén Eduardo Zamora fue capturado en Tubarão, Brasil.

El Ministerio Público Fiscal formalizó cargos en contra de Rubén Eduardo Zamora, uno de los dueños de la empresa Dicosa Diseño y Construcciones SRL, y lo acusó de haber estafado a seis personas que, con el sueño de tener su vivienda propia, contrataron a la constructora y le entregaron bienes y altas sumas de dinero para financiar el servicio pero jamás recibieron la obra terminada. El hombre, quien huyó del país en diciembre de 2022, estará con prisión preventiva por dos meses mientras que su esposa, Margarita Dolores Belmonte continúa prófuga y con pedido de captura internacional.

Las estafas se produjeron durante 2022 y comenzaron a ser investigadas por la Fiscalía de Delitos Complejos que dirige Mariana Rivadeneira. Después de crearse la Unidad Fiscal de Usurpaciones, Estafas y Cibercriminalidad I, el legajo pasó a manos de María del Carmen Reuter.

Modus operandi

En una audiencia realizada ayer, la auxiliar de fiscal María Paula Bellomío expuso cómo fue el accionar de Zamora y Belmonte. Según explicó, ambos -aparentando tener solvencia económica-, celebraron diversos negocios inmobiliarios, como contratos de locaciones de obras por viviendas individuales y ventas de unidades funcionales en edificios. La mayoría de las víctimas conocieron la empresa por medio de publicaciones en redes sociales, donde se publicitaban bajo la consigna: “Confíanos tu proyecto. Nosotros lo hacemos realidad”. Los interesados los contactaron con el fin de llevar a cabo la construcción de sus viviendas en terrenos ubicados en Yerba Buena y Tafí Viejo.

Los denunciantes decidieron contratar los servicios de construcción con ellos, pero al no contar con el monto requerido entregaron también terrenos y vehículos como parte de pago.

Los meses pasaron y a medida que se aproximaba la fecha de entrega pactada, los damnificados notaron que no había avances en la obra. Zamora, les explicó que se encontraban con algunos inconvenientes pero que sí cumplirían el trabajo, ”habiendo incluso desviando varios de sus bienes a terceras personas”. Al no haber novedades los clientes se contactaron con los arquitectos que trabajaban en la empresa, quienes les informaron que habían sido despedidos y que Zamora no respondía el teléfono.

En medio de los reclamos, el imputado habría entregado a sus clientes cheques como una forma de compensación, pero estos no pudieron ser cobrados por la falta de fondos. Según la teoría fiscal, el hombre estaba al tanto de la situación, a la vez que seguía recibiendo dinero por proyectos a sabiendas de que no podría hacer frente a sus obligaciones. La auxiliar de fiscal informó que los peritos contables del Equipo Científico de Investigaciones Fiscales (ECIF) determinaron que hay aproximadamente 200 cheques rechazados sin fondo por la suma de $42.655.319.

También mencionó un informe realizado por la Dirección Nacional de Migraciones en el cual se consignó que el 26 de diciembre de 2022, a las 18.45, Zamora salió del país por el cruce Paso de los Libres con destino a Brasil. En febrero de 2023 se emitió una notificación de alerta roja a la Interpol que autorizaba la captura internacional del hombre y a Belmonte. Finalmente el 19 de marzo de 2025 arribó a Tucumán. Belmonte continúa prófuga.

Bellomío imputó a Zamora como coautor del delito de estafas reiteradas en seis oportunidades y explicó que podrían agravarse los cargos ya que habría más de 20 víctimas, cuyas denuncias siguen siendo estudiadas. Además solicitó que la causa fuera declarada compleja. “Existe una pluralidad de hechos delictivos y contamos con una multiplicidad de denuncias, testigos, de documentaciones y de informes, habiendo más de 20.000 fojas en la causa”, argumentó.

Grave denuncia

La representante del MPF no pasó por alto las consecuencias que trajo aparejada la estafa más allá de la pérdida patrimonial. Le informó a la jueza Isolina Apas Pérez de Nucci que tras explotar la problemática un empleado de la empresa, llamado Gerardo Soria, se quitó la vida el 23 de diciembre de 2022. “Él era la cara visible de la empresa; era el encargado de comercialización y quien recibía el dinero y se encargaba de las tratativas de los contratos de obra”, dijo Bellomío. Su esposa declaró que Soria trabajó durante cuatro años en Dicosa, que estaba como monotributista y que Zamora le prometió que en el futuro lo convertiría en socio.

“Refirió que tuvo constantes discusiones con Gerardo debido a que trabajaba demasiado para Dicosa, a pesar de que había emprendido una inmobiliaria propia. Dijo que Soria le contó que Zamora vendía cheques y que le debía dinero a la gente y que tenía miedo que las personas tomaran represalias contra él porque era la cara visible de las transacciones. La semana en que se suicidó estaba desesperado por la situación porque sentía la obligación de ayudar a Rubén para evitar que la empresa se hundiera”, citó la auxiliar.

Bellomío solicitó que Zamora fuera sometido a dos meses de prisión preventiva para cautelar la investigación. Al no haber oposición por parte del defensor Javier Lobo Aragón, quien informó que su pupilo todavía no declarará, la magistrada hizo lugar al pedido del MPF.

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