El reciente encuentro organizado por el Instituto de Promoción del Azúcar y Alcohol de Tucumán (Ipaat) marca un paso importante hacia la apertura de nuevos horizontes en la exportación de azúcar.
En el sector productivo presentaron diversas iniciativas que promueven el intercambio entre cañeros, expertos y autoridades. Estas estrategias tienen como objetivo fortalecer las capacidades productivas y permitir que los agricultores enfrenten los retos del mercado internacional. El encuentro, realizado en cumplimiento de los acuerdos previos con el Ministro de Economía y Producción, permitió a los productores cañeros abordar directamente, y sin intermediarios, las metodologías necesarias para exportar azúcar, las condiciones del mercado y las operaciones implicadas en este proceso. Asimismo, se generaron espacios para que los productores plantearan sus inquietudes y desafíos, con el fin de resolverlos de manera oportuna y eficaz, como los contratos comerciales con ingenios o agentes de exportación privados.
Este enfoque es especialmente relevante en el contexto del complejo agroindustrial tucumano, en un momento en que el sector azucarero argentino experimenta un crecimiento positivo en las exportaciones. Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), al 28 de febrero de este año, ya se habían exportado más de 500.000 toneladas de azúcar, quedando pendientes solo unas 63.000 toneladas para completar el ciclo.
Esta cifra refleja una respuesta favorable del mercado internacional a la calidad y competitividad del azúcar argentino, especialmente en mercados clave como Chile y Estados Unidos, donde el país aprovecha ventajas competitivas gracias a su cercanía geográfica y la apertura de acuerdos comerciales.
Sin embargo, los productores deben enfrentar los desafíos inherentes a la expansión de sus mercados. La naturaleza del negocio cañero está estrechamente vinculada a las condiciones climáticas, un factor sobre el cual los productores tienen un control limitado.
En este sentido, las recientes lluvias en Tucumán, que han mejorado considerablemente las condiciones del cañaveral, brindan cierto alivio tras un 2024 marcado por déficits hídricos importantes. Sin embargo, los informes técnicos indican que, a pesar de los avances, las lluvias de la última temporada no han sido suficientes para optimizar el desarrollo de la caña en algunas zonas del norte del país.
Para los productores cañeros, la exportación representa una oportunidad para incrementar sus ingresos, diversificar mercados y mejorar la competitividad del sector. Sin embargo, no se deben pasar por alto los riesgos inherentes a los mercados internacionales: fluctuaciones en la demanda, barreras arancelarias y las incertidumbres climáticas. Aunque el camino hacia la exportación no es sencillo, el respaldo institucional, la mejora en los procesos productivos y la colaboración interinstitucional pueden facilitar la integración exitosa de los productores al mercado global.