San Javier, la ciudad universitaria que soñó la UNT

Olga Paterlini reconstruye el proyecto. Un plan que no se concretó del todo, pero cuyas huellas siguen marcando identidad institucional.

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GIGANTE DORMIDO. Olga Paterlini detalló las distintas etapas que atravesó el proyecto de tener una Ciudad Universitaria en los cerros de San Javier. gentileza pablo salcedo GIGANTE DORMIDO. Olga Paterlini detalló las distintas etapas que atravesó el proyecto de tener una Ciudad Universitaria en los cerros de San Javier. gentileza pablo salcedo

A mediados del siglo XX, la Universidad Nacional de Tucumán soñó en grande: una ciudad universitaria enclavada en la naturaleza de San Javier, lejos de la capital, que nunca se concretó. Sin embargo la huella del sueño sigue viva.

“Hace dos años y medio, durante un traslado, se encontraron por azar una serie de planos guardados en cajas inadecuadas”, contó la arquitecta y especialista en patrimonio Olga Paterlini, quien en diálogo con LA GACETA expuso los detalles de este proyecto utópico cuya historia fue expuesta recientemente en el Consejo Superior de la UNT.

- ¿De qué se trata este informe que se presentó en el Consejo Superior y por qué es relevante conocerlo?

- En realidad son tres informes. El ingeniero Sergio Mohamed, que está a cargo de Construcciones Universitarias, explicó lo del hallazgo de los planos. Todos, esperanzadoramente, creímos que íbamos a encontrar el proyecto de la ciudad universitaria, de la cual no hay un plano integral, salvo lo que se publicó en 1950 en una revista llamada “Nuestra Arquitectura”. El rector se comprometió a estudiar el material encontrado y para eso formó una comisión integrada por dos ingenieros, Juan Carlos Guzmán y Mario Israilev, además del arquitecto Edgardo Albo. Ellos trabajaron dos años y medio revisando y clasificando el material recibido, porque en realidad querían ver hasta dónde esto era representativo de la gran ciudad universitaria que se había imaginado en 1948. Lo cierto es que no hay un resultado ideal, porque lo que se encontró son elementos fragmentarios, a veces croquis, a veces planos mejores determinados. Hay bastante sobre las viviendas y sobre el edificio conocido como el block, pero sobre no el conjunto global.

- ¿Fue la primera vez que se pensó en una ciudad universitaria?

- No. Ya en 1914 cuando el rector Juan B. Terán comenzó a poner en marcha la universidad que se había proyectado en 1912, recibió recomendaciones para instalar un campus unitario junto a la Estación Experimental Agrícola. Se pensaba comprar 58 hectáreas para eso, pero no prosperó. En los años 40, frente al crecimiento institucional, se volvieron a crear comisiones para abordar el problema edilicio. Algunas de ellas propusieron nuevamente una ciudad universitaria, esta vez en la Quinta Agronómica. Pero todo cambió con la llegada del rector Horacio Descole.

- ¿En qué sentido fueron esos cambios?

- Cambió todo. Se reformuló la forma de enseñar, se crearon institutos nuevos y se trajo gente muy preparada. Entre ellos, arquitectos porteños como Jorge Vivanco que se hizo cargo del Instituto de Arquitectura y Urbanismo (IAU). Ellos impulsaron la idea de una ciudad universitaria de varguardia. No era una idea aislada. En esos años en América Latina se estaban gestando las ciudades universitarias de Caracas, Río de Janeiro y México. El equipo del IAU tenía esa visión moderna y propuso algo equivalente en Tucumán.

- ¿Por qué se eligió San Javier como emplazamiento?

- La idea era que no debía estar vinculada a ninguna ciudad capital del NOA. La UNT era una universidad regional, que ya recibía estudiantes de Bolivia, Perú, Salta, Jujuy, La Rioja... Y se pensó que debía estar en un entorno que facilitara el estudio, la contemplación, el vínculo con la naturaleza. Por eso se eligió San Javier. La Nación financió la compra de los terrenos: se habló de 18.000 hectáreas al principio, luego se concretó la compra de unas 14.000 en dos etapas. Lo que hoy conocemos como el Parque Sierra de San Javier forma parte de ese territorio.,

OLGA PATERLINI. Historia y significado de la Ciudad Universitaria archivo OLGA PATERLINI. Historia y significado de la Ciudad Universitaria archivo

- ¿Cómo era el proyecto en su dimensión concreta?

- Era de una magnitud extraordinaria. En esta reunión el ingeniero Guzmán explicó que se había planteado un grupo edilicio primario en San Javier y otro secundario en Horco Molle. La infraestructura pensada superaba en escala a los complejos actuales de la UNT. Por ejemplo, el block principal, ese edificio que aún se puede ver en San Javier, tenía una longitud que atravesaba el lago artificial proyectado. Solo se llegó a construir un tercio. Y ese tercio ya fue suficiente para impresionar incluso a figuras como el teórico inglés Reyner Banham, quien dijo que se trataba de la primera “megaestructura” del mundo.

- ¿Por qué no se concretó ese sueño?

- Porque cambian los tiempos políticos. El rectorado de Descole fue breve, se fue en 1951. El dinero provenía del Gobierno Nacional y con el tiempo los fondos se cortaron. Aun así el proyecto no se abandonó de inmediato. Se compraron estructuras a Estados Unidos, como los hangares “quonsets” de la Segunda Guerra Mundial, que funcionaron como sedes transitorias de Arquitectura y Educación Física. Se hicieron colonias de vacaciones. Hubo uso real, aunque parcial de esos espacios.

- ¿Qué pasó después? ¿Cómo se transformó la visión de la universidad?

- En los años 60 cambió el paradigma: ya no se hablaba de ciudades universitarias sino de centros universitarios. La UNT se descentralizó con la Quinta Agronómica, el centro Julio Prebisch, El Manantial... San Javier con sus estructuras y terrenos quedó como un testimonio de una gran utopía. Pero no está muerto. De hecho, hay estudios en curso para evaluar el estado del block y su posible reutilización. El ingeniero Mohamed aseguró que la estructura está estabilizada, que se corrigieron problemas de oxidación y que incluso se trabaja en el subsuelo.

Memoria

Un sueño que está vigente

Durante la entrevista con LA GACETA, la arquitecta Olga Paterlini remarcó que la idea de contar con una Ciudad Universitaria sigue vigente y que el hallazgo reciente de la documentación original permite volver a pensar el valor y el potencial de ese espacio. La historia aún no terminó. “Este proyecto no puede quedar en el recuerdo. 

La universidad nunca abandonó del todo la idea. Es un patrimonio institucional, histórico y arquitectónico. Dependerá siempre del flujo de recursos para que sea más rápido o más lento el proceso, pero esto es parte de la universidad y debe rescatarse como tal”, subrayó

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