
La imagen recorrió el mundo y no fue por una jugada espectacular ni por un triunfo resonante. En uno de los recientes partidos de la Superliga Femenina de voley Brasil, la protagonista fue Priscila Heldes, armadora y referente del equipo femenino de Fluminense, quien disputó un encuentro oficial embarazada de cinco meses.
A sus 35 años, Heldes decidió no quedarse al margen de la fase decisiva del torneo y defendió los colores de su equipo en los cuartos de final, aunque no pudieron superar al Sesi Bauru. Más allá del resultado, su presencia en cancha generó una gran repercusión y abrió el debate sobre el deporte de alto rendimiento y la maternidad.
“Estoy a una semana de cumplir seis meses de embarazo. Poder vivir esto junto a mi hijo es algo único”, confesó la jugadora, que además es la capitana del conjunto tricolor. En sus redes sociales, compartió una reflexión que conmovió a muchos: “Y por ti descubrí una fuerza que ni siquiera sabía que tenía”, escribió junto a una foto en la que se la ve mostrando su panza junto a una compañera.
La decisión de seguir en actividad no fue tomada a la ligera. Heldes explicó que desde el primer momento contó con el respaldo médico y que ha sido controlada de manera estricta desde que supo que estaba embarazada. “Fui al médico apenas me enteré. Me dijeron que, mientras me sintiera bien y estuviera supervisada, podía seguir jugando”, reveló.
Por supuesto, tuvo que adaptarse. Algunas maniobras y caídas están fuera de sus posibilidades actuales, pero su rutina de entrenamiento se ha mantenido dentro de lo normal. “Hay cosas que tengo que evitar, como caerme de panza, pero fuera de eso, todo continúa igual”, detalló.
El nacimiento de Emanuel, su primer hijo, está previsto para julio. Su pareja, Wesley Castro, también es deportista profesional, aunque se desempeña en el básquetbol. Mientras tanto, ella continúa mostrando en sus redes el lado más íntimo del proceso, compartiendo pensamientos como este: “Hay dudas, cansancio, momentos de soledad, pero cuando pensás que no vas a poder, lo hacés como si lo hubieras hecho toda tu vida”.
Además, dejó un mensaje que resume el espíritu con el que transita esta etapa: “Cada cambio en mi cuerpo, cada avance en el crecimiento de mi hijo, me hace valorar aún más el milagro de la vida. No soy la primera en trabajar embarazada, ni seré la última, y eso también es algo hermoso”.