
“No hay circo viejo, ni nuevo ni futurista, ¡hay circo! ¡Siempre habrá circo! Basta de discusiones: los intelectuales pueden teorizar; pero los artistas, al picadero y los espectadores, a las gradas. Así fue y así será”.
Hace casi 20 años, Pablo Quiroga Curia escribió ese texto para el programa de mano de “Básico barullo”, que presentó con el grupo independiente La Trapacería, y se cita al comenzar el diálogo con LA GACETA sobre el Día Mundial del Circo que se celebra hoy, para reivindicar la vigencia de esas ideas.
“El circo permite que diferentes artes se manifiesten en un mismo escenario y momento; variadas destrezas y lenguajes como música, teatro, proyecciones audiovisuales confluyen y conviven armoniosamente. Así podemos contar una historia con un contenido interesante y movilizar al espectador”, agrega el director de la Escuela de Circo que funciona gratuitamente en el Ente Cultural de la Provincia, y con inscripciones que siguen abiertas hasta fin de mes en el Centro Cultural Juan B. Terán (Marco Avellaneda 350), por la mañana. Los interesados deben tener entre 20 y 32 años.
- ¿El circo se enseña o se aprende?
- Ambas cosas y hasta se hereda. En mí caso heredé el teatro (su padre fue Oscar Quiroga) y mi hijo, el circo. El deseo de aprender debe ser indispensable y el de enseñar, inevitable, todo junto en el mismo espacio. Es el huevo, la gallina y el gallinero.
- ¿El aula complementa la experiencia en escena?
- Todo es necesario para alcanzar una formación que nunca termina. Videos, clases presenciales, asistir a espectáculos, viajar, leer, tomar talleres especializados y principalmente trabajar, ensayar, actuar y trabajar, volver a ensayar y a actuar, trabajar, volver a trabajar y finalmente seguir trabajando. No hay otra manera de perfeccionar un número o una rutina.
- ¿Cuál corriente del circo te atrae más?
- Ninguna en particular, aunque la que más me motiva es la contemporánea y su teatralidad. Destaco mi inicio en el circo popular y el paso por el circo social. Hay que tratar de conocer todas las corrientes y entender la evolución y variedad del género, desde la irremplazable destreza pura hacia el gesto.

- Tucumán tiene una larga historia circense...
-Así es, con las diferentes familias de circo de carpa como los Hermanos Medina y los Reyes, o el Circo Sifón, entre otros precursores de la actividad, que a pesar de las desventajas y las condiciones laborales duras jamás bajaron los brazos y se fueron aggiornando para sobrevivir a los inevitables cambios. Luego viene la bisagra, que sería la generación mía, y finalmente la actualidad y las escuelas de circo donde todo se facilita.
- ¿Cuál es la importancia de tener una formación con apoyo institucional?
- ¡Que tenga respaldo estatal es indispensable por los gastos y la inversión que se necesita para desarrollar el proyecto! La formación trata de garantizar la sistematización del aprendizaje y asegurar que las puertas de la Escuela estén siempre abiertas de manera pública y gratuita. Este año volvemos al proyecto original de primer y segundo nivel donde cursan alumnos regulares. Se enseña malabares, zancos. monociclos, trapecio, tela, lira, esfera de equilibrio, fortalecimiento físico, acrobacia simple y dúo, clown y expresión corporal. En 2024 creamos Entrenamiento, un espacio de práctica para exalumnos para que sigan perfeccionándose y este año programaremos talleres, encuentros y capacitaciones abiertas a la comunidad.
- ¿Cuál es tu misión?
- Facilitar que los jóvenes se formen, integren grupos y muestren diferentes estéticas, asuman la docencia y sigan difundiendo el circo tucumano. Pertenezco a una familia de artistas y conozco la fórmula: unión, organización y trabajo.
Orígenes: 5.000 años de vigencia popular
Espectáculo popular por excelencia, los orígenes del circo se remontan a miles de años antes de Cristo atento a las pinturas de acróbatas y malabaristas encontradas en la Mesopotamia, China e India (datadas hace 5.000 años). El Día Mundial del Circo fue establecido por la Federación Mundial del Circo, con sede en Mónaco. Se celebra todos los años el tercer sábado de abril para visibilizar su rica tradición y su importancia cultural.