

Hay equipos que golpean rápido, que no necesitan demasiado para hacer daño. Y hay otros que son como escultores: trabajan cada partido como si estuvieran frente a un bloque de mármol. Observan, analizan, tallan con paciencia. San Martín de Tucumán pertenece a este segundo grupo. Tiene idea, tiene plan, tiene método. Pero todavía no logra el golpe final. Ese cincelazo que debería darle forma definitiva a la obra que viene intentando construir desde el inicio del torneo. El empate contra All Boys 1-1 en La Ciudadela volvió a evidenciarlo: domina, genera, somete, pero no define.
En un partido que tenía todos los ingredientes para un triunfo, terminó prevaleciendo el sabor amargo. El equipo de Ariel Martos fue ampliamente superior durante gran parte del encuentro. Manejó los tiempos, el ritmo, las variantes y el despliegue. Jugó con uno más desde los 16 minutos del primer tiempo, cuando All Boys se quedó con diez por la expulsión de Juan Pablo Passaglia, y aun así no pudo trasladar su dominio al resultado. El gol del empate, convertido por Mauro Verón tras un doble cabezazo en el área, fue apenas un pequeño premio para un equipo que mereció mucho más. Y ese es el lamento que mantienen en Bolívar y Pellegrini.
Porque el trámite fue claro. San Martín tuvo más posesión (70%), más remates (24 en total), más pases completados (449), más córners (7) y más situaciones reales de gol. Según Sofascore, generó cuatro chances claras. Pero sólo pudo concretar una. Y cuando el gol no llega, el fútbol castiga.
La historia del partido bien podría contarse como una sucesión de oportunidades perdidas. A los pocos minutos, un remate de Juan Cruz Esquivel se estrelló en el palo. Poco después, otro disparo suyo fue bloqueado en la línea por Hernán Grana. Luego fue el turno de Federico Murillo, cuyo intento fue interceptado por Lukas Ramil Sauer. Más tarde, Gonzalo Rodríguez casi festeja con un bombazo desde la derecha que buscaba el ángulo y se fue apenas desviado por el párante. También hubo un centro perfecto de Esquivel que “Turbo” Rodríguez no llegó a empujar, y un enganche de Ulises Vera dentro del área que terminó con un remate alto. La lista sigue. Y crece partido a partido.
“Fue una tarde rara”, reconoció Martos en la conferencia de prensa. “Tuvimos las situaciones como para irnos en ventaja al entretiempo. Creo que fuimos claramente superiores. Nos faltó un poco más de ideas en el segundo tiempo, y después la lesión de Gonzalo nos condicionó”. Fue un diagnóstico sincero, con matices. El DT reconoció que el equipo se desdibujó en el tramo final, pero defendió el trabajo colectivo y dejó en claro que el empate no fue justo.
Tampoco lo fue desde el contexto. All Boys llegó a Tucumán con una propuesta clara: cerrarse atrás, dejar pasar el tiempo, incomodar en el cuerpo a cuerpo.
El equipo dirigido por Mariano Campodónico apostó a la pelota parada y encontró allí su único gol, tras una falta y posterior penal ocasionado por Mauro Osores, que Julián Ceballos cambió por gol. Y cuando se quedó con diez hombres, el “Albo” redobló el cerrojo. Se refugió con línea de cinco y dejó de atacar. San Martín, en cambio, nunca renunció al protagonismo. Pero volvió a fallar en la última puntada. Como si la obra estuviera lista, pero el escultor temiera darle el golpe final.
No es la primera vez que sucede. De hecho, hay una tendencia que ya empieza a preocupar. En los cinco partidos que jugó como local en La Ciudadela durante este torneo, San Martín sólo ganó dos. Los otros tres fueron empates. Todos, ante rivales que se replegaron, que llegaron a La Ciudadela a cerrar líneas, a “llevarse algo”.
El análisis de Ariel Martos sobre el empate en La Ciudadela
“Siempre pasa lo mismo”, explicó Martos. “Los equipos se vienen a meter atrás, a buscar el empate. Nuestro desafío es saber vulnerarlos. Por momentos lo hacemos bien, pero nos falta continuidad. Estamos trabajando para eso”, agregó.
El punto no sólo le impidió alejarse en la cima, sino que dejó dudas en cuanto al futuro inmediato del equipo. Porque más allá del rendimiento, aparecieron lesiones preocupantes. “Turbo” Rodríguez salió dolorido del hombro, Darío Sand con molestias en la rodilla, y Juan Cuevas con una contractura en el isquiotibial.
Con ese panorama, San Martín visitará a Arsenal en Sarandí, en una cancha difícil, pero ante un equipo que no pasa por su mejor momento. El duelo será una nueva oportunidad para corregir lo que viene fallando, pero también un riesgo: si el equipo no afina la puntería, puede quedarse otra vez con las manos vacías.
En el conjunto de Bolívar y Pellegrini saben que ya no puede seguir solo esculpiendo. Tiene que empezar a mostrar la obra porque con solo dominar no alcanza y por eso, llegó el momento de seguir marcando una diferencia.